12/12/06

EL CHOCOLATE




ellos, los protagonistas, dicen:

Antonio Núñez "EL CHOCOLATE"


(entrevista apócrifa, publicada en CANDIL nº 11, septiembre-octubre, 1980)

-¿Qué le pedirías al mundo flamenco de hoy?

-Que too el que lo practique enseñe culturalmente o de otra forma a too el que está a su vera; que esto se pueda ir corriendo masivamente, para que todos sepamos lo que es el flamenco. Si no, seguiremos escuchando sevillanas y otras cosas como el ye-yé, como otras cosas que ni tú ni yo sabemos lo que son, ni falta que nos hace. Porque el flamenco es una droga pá el hombre y la mujer. Porque cuando tú te tomas o te alegras con una copa y con un flamenco, ya no tienes dinero en el mundo pá pagar ná: ni copas, ni mujer, ni ná... Cuando esto no es así, a ti te interesa el vino, el tabaco, la mujer... Ya ves si el flamenco es una droga. iLa más cara del mundo! ¡Y no le damos, a veces, ningún valor! Creo que esa droga va a durar mucho rato, pero yo quiero morirme antes.

-Creo que tu familia ha tenido buenos cantaores, cuéntanos algo de ella, de tus inicios y de aquellos artistas antiguos que conocieras.

-Mi padre y mi madre cantaban, también mis hermanos; lo que pasa es que yo solamente he sido famoso.
De los artistas antiguos al que más recuerdo es al Niño Gloria y a la Moreno, también a su hermana La Pompi. Y Tomás Pavón, eso es comía aparte: ha sío el que más me ha gustao cantando en gitano y en fineza.

-¿Más que Manuel Torre?

-Hombre, Manuel Torre... ¿Cómo te diría yo? ¿Cómo se puede considerar una pintura brusca y una fina: Goya y Velázquez? Pues comparo esas dos cosas igual.

-¡Ole el Summa Artis contestando! Continúa, por favor.

-Yo me metía en las reuniones de esos viejos artistas, pero yo era el que me salía, no podía estar con ellos porque era un chaval. Cantaba dos fandangos, me daban mis diez o veinte duros y me salía pa fuera.

Yo me iba con Juanito Mojama andando -me decía sobrino, porque yo era un chiquillo-, y me iba de la Alameda de Hércules a la Marina, y desde allí pasaba el puente de Triana a un cabaret que se llamaba La Playa, que era de Morgado. En él los señoritos de Sevilla se divertían con las tanguistas y entonces me llamaban y se metían en fiesta.

En el Casino de la Exposición he trabajao solo, allí, en la terraza, me buscaba la vida, también en La Parrala, que hoy es un Banco de Vizcaya. ¡Qué cosas!

Yo he conocío toos esos rincones flamencos, donde me he buscao la vía y he alternao con gente cantaora, como el Gloria, Vallejo, Juanito Mojama, Caracol... pero cantábamos privadamente, porque entonces se cantaba privadamente. Luego vino eso de llevar el flamenco a la cultura y a las tablas, que lo llevaron Caracol y Marchena. Ahí, en las tablas, el mejor ha sío Caracol; porque cantando eran entonces Tomás Pavón. La Niña de Los Peines, El Gloria y Caracol. Los demás no eran nada, ¡en gi- tanos hablo, eh!

-Creo recordar que en más de una ocasión has hablado de la importancia del fandango, dinos algo de esto.

-Para mí todos los cantes son importantes, claro, aunque también interviene el intérprete.

El fandango son los claveles de Andalucía, ya sea natural de Huelva o de donde sea. El fandango es mu bonito y difícil de interpretar; hay que tirarle su pellizco y cantaores con pellizco habemos mu pocos, que transmitimos nuestro cante a los aficionaos y a los profanos, porque hay que trasmitirle a los dos.
Un fandango bien cantao le llega antes a cualquier persona.

Yo para aprender a cantar por soleá o siguiriyas he tenío antes que cantar fandangos; luego me dediqué a los cantes grandes y la influencia me la dio Tomás Pavón, pero después yo tuve mi personalidad; porque lo mismo que hay cantes por éste o por otro, también hay cantes chocolateros.

-Has venido hablando del cante de los gitanos ¿Como es?

-Los gitanos siempre hemos aprendío a cantar desde chiquitines por bulerías; luego, por esto, tengo que decir que un cincuenta por ciento de los gitanos no saben de cante grande, saben más los payos. Yo me rebelo siempre conmigo mismo porque soy gitano y desde chicos tenían que enseñarnos toos los cantes. Siempre me han pedío a mí los gitanos que cante por bulerías y yo por bulerías no pueo llorar; yo lloro por soleá, fandangos o seguiriyas; por bulerías ná más me pueo alegrar. Hay una minoría de gitanos que saben de cantes grandes.

El gitano tiene ritmo y te pué alegrar a pesar de que llevamos la pena; pero para tener la pena tenemos que estar reunidos. Entonces, cuando yo digo. ¡Ayyy!, los payos, con más cultura, porque han leído, se preguntan, ¿qué es esto? Y los flamencólogos y los entendidos dicen ¿qué tienen los gitanos cuando se me levanta el vello? Pues es eso, el lamento. Y este lamento el payo lo toma con más mérito que nosotros en el cante grande. A nosotros lo que nos gusta es la bulería, la rumbita... con estas cosas los gitanos están más contentos. Pero oye, hay gitanos que chanelan de cante tanto o más que yo. Yo, sin despreciar a mi raza -¡eh, mucho cuidao!- confío más en que un payo me entienda a mí lo que voy a hacer en cante flamenco; pero, ¡ojo!, quitando la bulería.

-Entonces, ¿tú crees que el quejío, el dolor en el gitano...?

-Eso ná más lo pué hacer un gitano que sepa cantar, ¡ná más! Y ese algo que hay que tener pá cantar, ese algo, le falta al payo.

-Sin ánimo de discutir, parece ser que, por tus palabras, se trasluce que los más entendidos en cante son los payos y los meiores cantaores los gitanos. ¿Para ti qué payo que no viva ha cantado meior?

-Han habido muchos payos que me han gustao. Por ejemplo, el payo Manuel Vallejo me ha gustao mucho, porque era más gitanero que payo cantando, y era tan gitano cantando como el primero. De los que viven, aunque los años no perdonan, El Sevillano. Marchena porque ha mantenido una época, tenía su voz melódica y bonita, pero sus voces no eran flamencas y no reunían las condiciones pa el rajo gitano pero no dejo de reconocer que han sido básicos en la cosa paya y creo que los payos ya me entienden. Yo reconozco lo que está bien y mal cantao. y 1o de subir y caer como una marioneta; lo que hace falta es subir y mantenerse. Y de los que se acuerdan son los que valen.

Chacón ha sido un cantaor que ha medido un punto de todos los cantes que se cantan hoy, con la voz más flamenca o menos flamenca. Muy bueno, hombre... Chacón ha medido la malagueña, la seguiriya, ha medído muchos cantes. ¿Que la voz suya no era flamenca? bueno, eso es aparte.

-Tú metes unos cantes por Jerez y otros los haces por Triana, ¿te sientes mas identificado con Triana que con Jerez?

-Lo que pasa es que yo vine con seis años a Sevilla. Me ha criao en el cerro El Aguila , en el Frontón Betis, en Triana. Yo conozco más Sevilla que Jerez, aunque reconozco que Jerez es mi tierra y donde yo he nacío.

Los cantes de Triana son distintos a los de Jerez, porque los cantes de Triana son unos cantes más monótonos que los de Jerez, son más melosos. En Jerez han salido todos los cantes de voces flamencas, como los de Manuel Torre.

Oye, todos los cantes vienen a remanecer del mismo sitio; por ejemplo, los cantes de Huelva sólo se cantan allí, y yo no puedo hacer un cante de Huelva con una medida mía, pero ya no es entonces Huelva. Eso es lo que ha pasao a Jerez con Triana. A ver si me explico: los cantes de Triana son puros y los cantes de Jerez son puros, pero ha habío cruces. Lo mismo que Alcalá y Utrera. No hay treinta cantes por siguiriyas, ni treinta cantes por soleá. Solamente hay uno; pero eso sí, muchos estilos que son dejillos; hay uno en Valverde, del Cerro, de Jerez... Hay también dejillos de acento. ¿Por qué crees tú que el gitano le da al cante un matiz distinto al payo? Yo creo que es por la cultura que hemos tenío y la vía que hemos llevao. Como no hemos tenido la suficiente preparación para poder hablar pues entonces será ese el sonido diferente que tiene el gitano de con el payo.

-Por cierto, recuerdo una actuación tuya en Jerez, donde eres máxima figura y hubo cantaores comerciales a los que el público aplaudió más, mientras tú, metiéndote por siguiriyas, hasta rogaste silencio al público. ¿Por qué pasan estas cosas?

-Porque hay una escucha muy repetía en Jerez de ese cante y también porque ellos lo tienen y entonces gusta cualquier cosa que no sea eso, y porque nadie es profeta en su tierra. Basta que ellos tengan esos cantes para no hacerles caso. Basta que uno tenga dinero para que no se acuerde del que no come.

-Hablando de dinero ¿tú crees que con dinero se puede cantar bien?

-Sí, ¿por qué no? , hay gente que tiene dinero y canta; porque con dinero también se puede tener sentimientos.

No hay comentarios: