28/11/06

CANDIL

Revista editada por la Peña Flamenca de Jaén, su primer número vió la luz a principios de 1978, bajo la dirección de Ramón Porras, quién se mantuvo al frente de la misma durante toda su trayectoria. Casualmente, hace unas semanas me endilgaron una colección de ejemplares muy nutrida, procedentes de la remodelación de una biblioteca privada, dónde habían dejado de contar con espacio (cuestión que fué motivo de mi alegría y agradecimiento). Al percatarme del enorme tesoro que estas páginas albergan para cuantos amamos la música en general y el flamenco en particular, se me ocurrió constituirme en amanuense de cuantos contenidos considerara dignos de pervivencia, para que así queden integrados en esta nueva forma de conocimiento que es la red en la que nos encontramos...

...reproduzco a continuación el Editorial del número 1, para centrar la intenciones de sus editores, que posteriormente se vieron felizmente cumplidas:

"Creímos que era necesario este aglutinante; este papel de nuestras inquietudes que, al menos, vuela remitido por ardorosos intentos. Creímos en la esparcida voz de los que aman el flamenco -cante, toque, baile- en el empeño de algunos por la mágica historia de este arte; o en ese elemental escalofrío de otros que, simplemente, intuyen la expresión humana mas desnuda y estremecedora que pueblo alguno haya alumbrado. Creímos, por fin, en todo lo positivo que podía aportar esta tribuna para expresar teorías, criterios, vivencias acerca de ese universo espiritual de nuestro arte. Y he aquí la respuesta: sencilla, sinceramente abierta a todos los que quieran y puedan opinar; sin triunfalismos, sin gestas rutilantes por que lo nuestro es el candil: la luz diminuta sobre esta manifestación del misterio, en cierto modo, inexcrutable. Eso sí, luz con la autenticidad de la llama que es viva y la unción que a esta le viene concedida por los óleos.

Al punto del sexto aniversario de la Peña Flamenca de Jaén, se presenta así a todos los amigos del flamenco: como una comunicación escrita con deseo de cubrir áreas de reflexión aún inexploradas de este arte o, acaso, enfocadas con un tratamiento insuficiente. Esto pretende ser sin otras pretensiones, sin otra relevancia que el mismo amor por el flamenco y la conciencia de que intentamos recuperar algo, entrañablemente nuestro.

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quiero hacer mío ese entusiasmo primigenio, que alumbró una continuidad no exenta de esfuerzo que supongo poco reconocido... del rigor y la independencia crítica de la que este grupo de aficionados cabales hicieron santo y seña, quedará por aquí testimonio suficiente (espero).

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