30/1/07

DIEGO CLAVEL (y II)

-¿Se respeta al cante y al cantaor en los festivales?

Hay festivales y gente que sí, otros van a pasar el rato; en fin, que hay de todo. Yo siempre he estao mu a gusto en los festivales de Mairena, «La Cata» de Mantilla, Pegalajar... Mira, cuando hago festivales me acuerdo mucho de las actuaciones en las peñas, porque, amigo, en las peñas si se canta y saben escucharte sabiendo y entonces, c1aro, cantas más a gusto, además hay menos jaleo, que repercute muchísimo en el ánimo del cantaor.

Algunas veces sales de los festivales que no sabes donde estás. Me acuerdo que un día en un pueblo de Huelva, creo que fue Va1verde, cuando terminó el festival fuimos a coger e1 coche para volver a La Puebla. Te quieres creer que nos tiramos más de dos horas para dar con él, y el pueblo no es tan grande. Estaba la gente en las puertas de las casas, en la de los bares y como ya habíamos pasado cuatro o cinco veces por el mismo sitio, nos decían «¿como va eso, lo encuentran o no?» Te pues creer que medio pueblo se puso a buscar el coche, no veas la gente. Y luego estaba en la puerta de una cochera por la que habíamos pasado ochenta veces. Chiquillo, es que algunas veces sales loco de los festivales.

Pero yo también guardo buen recuerdo de algunos festivales. En «La Cata» de Montilla dan un catavino de oro al mejor cantaor de la noche. Cuando me lo llevé yo me entró tal emoción que casi rompo a llorar como un chiquillo. En él estuvimos: Lebrijano, Meneses, Curro Malena, Camarón, Fosforito, Manuela Carrasco y yo. Qué emoción. Pero aquello ha tenío mu poca transcendencia, casi nadie se ha enterao, la radio no dijo ná, ni los periódicos, vaya, nadie. Las cosas.

-Bueno, tu eres un cantaor bastante querido.

Es cierto que los aficionados me aprecian bastante; pero, a veces me pregunto si me quieren más como persona que como cantaor. Pero lo cierto es que yo me entrego de corazón... ¡Ojo!, que también hay que cantar con la cabeza; porque si cantas con el corazón solamente te dicen que no sabes por donde vas; y si cantas con la cabeza, que eres frío. Así que hay que cantar con las dos Cosas: con el corazón y la cabeza.

-Perdona la simpleza de la pregunta. El caso es que, viendo tu estructura física, cuando te metes en cantes de poder en más de una ocasión me he preguntado de dónde te venía ese poder.

Tiene gracia y me lo han dicho muchas veces: «pero este tío...» Lo que pasa es que como los aficionados ven mi cuerpo chiquitiyo y luego puedo subir... Pero, quizás, si nos metiéramos bajo agua tú duras más tiempo que yo; lo que pasa es que el poder hay que saber dosificarlo, por eso te he dicho antes lo de la cabeza, que dosificar es muy importante en un cantaor. Yo no es que tenga más poder que nadie, ni tampoco tengo un globo en el estómago. Claro, que si fuera un poco más gordillo la gente no se extrañaría tanto.

-Ahora ya, en serio. ¿Por qué prácticamente, los cantaores de La Puebla no hacéis los cantes festeros?

Que no solemos realizar los cantes por bulerías, se puede decir que eso es verdad; pero, ojo, los demás estilos festeros sí los hacemos: bulerías por soleá, tangos, alegrías, etc. Las bulerías son para mí muy respetadas; porque es un cante que, además de tener mucho compás -compás como nosotros lo entendemos-, necesita muchísima gracia. ¡Yo no digo que haya que ser gitano para cantarlo! Pero sí digo que hay que estar criado en un ambiente gitano como pueda ser el de Jerez; que hay que estar muy criado en ese ambiente.

-Sinceramente, sin paños calientes, ¿qué opinión te merecen los cantaores de tu pueblo?

Yo tengo que agradecerle bastante a Pepe Meneses. Cuando estuve en Madrid me recibió como si hubiera sío hermano suyo; también he hecho bastantes galas con él. Estando yo en su casa, veía que Pepe estaba con Francisco Moreno y entonces veía claro que tenía que marcar una línea mía, una línea propia, porque eso estaba claro... Las letras se las hacía Francisco a Meneses y yo tuve que seguir mi camino, por otro sitio. Pero Pepe se ha portao conmigo mu bien.

También me llevo mu bien con Miguel Vargas. Miguel es un tío sano, cariñoso y canta bien, es un cantaor que anda bien por bastantes palos. Pero Miguel y yo no hemos tenío un contacto mu grande porque él estuvo bastante tiempo en Madrid, en el tablao Zambra y yo estaba más por mi tierra.

-Por último. Honestamente, ¿crees que el flamenco de hoy mira a sus raices o de algún modo, se está deteriorando?

Bueno, creo que los que hacemos los cantes de raíces viejas, los que nos basamos en los viejos maestros, creo que siempre seguiremos adelante y nunca pasará nuestro cante. Mira, que hay cantaores que se comen el mundo en dos días y luego pasan. Yo desde que salí -ahora llevo diez años- siempre he seguío la misma línea y, más o menos, siempre hago las mismas actuaciones, y cada año se eleva un poquito ese número. Está claro que los que estamos apegaos a las raíces no pegamos el bombazo para luego caer. Si el cante está basao en las raíces, creo que no se perderá.

29/1/07

DIEGO CLAVEL (I)



(publicado en CANDIL nº 18, noviembre-diciembre 1981)

-Diego, ¿de dónde viene tu afición tremenda?

No, yo no tengo ningún antecedente cantaor en mi familia. Siempre digo que la raíz cantaora de mi casa la he iniciado yo. Mi madre, eso sí, cantaba; pero cantaba como cualquier persona. Si quieres te digo más: en mi pueblo, en La Puebla, no ha habío cantaores de renombre. Se habla de un tal Gallardo que, dicen, cantaba mu bien. Yo lo conocí, pero era cuando no estaba interesado por el cante, ni ná, porque yo era muy joven.

Te puedo decir que me inicié formando parte de un grupo de campanilleros, en el que yo hacía los solos. Oye, ¿sabes? , en La Puebla siempre hubo grupos de campanilleros que cantaban mu requetebién. Bueno, pues en ese grupo se vió que yo destacaba un poquito porque, la verdad, se nace con el cante, que este no se aprende; se aprenden los estilos y los palos, pero el cante no se aprende se nace con él dentro.

-Tú surgiste en el Concurso de Mairena...

¡Bueno! antes de presentarme en Mairena, ya me había presentao a otros de por la parte de Córdoba. Al primer concurso que fuí fue a uno de Cabra, que me tuvieron que arrastrar mis hermanos porque yo he sido siempre mu corto de espíritu. ¡mu cortísimo!; por eso nunca he querío dedicarme al cante, eso te lo puedes creer. Mira, si yo hubiese sido un buen albañil... ¡Cuánto me hubiera gustao y cuánto daría por ser un buen albañil! Lo que pasa es que era un albañil mu malo, mu torpe, vamos, que aquello no me entraba a mí en la cabeza; si hubiese sío al revés, yo sería hoy un buen albañil en vez de un cantaor. Nunca he querío dedicarme a esto; pero hoy me entrego al cante con toa la fuerza de mi alma y mis entrañas.

El caso es que mis hermanos se compraron un R-8 pa llevarme y traerme. ..Volviendo a lo de Cabra, me hicieron una prueba y me seleccionaron para la final; yo me ilusioné un poquito porque me dieron el tercer premio, aunque la verdad, hubo protestas favorables a mí porque consideraban que debía haber quedado en mejor lugar. Total, que aquello me gustó ya un poquito, aunque todavía tenían mis hermanos que seguir arrastrándome.

Volví otro año a Cabra, pero no me seleccionaron para la final. Fíjate lo que son las cosas, ese mismo año me presenté en Mairena al grupo de siguiriyas y martinetes y me llevé el premio. En aquellos años ganar el concurso de Mairena era lo máximo para un aficionado; prueba de ello es que de allí salió Camarón, Meneses... vamos, que ha salío mu buena gente de allí. El año que yo lo gané, Calixto ganó el de malagueñas.

-Después vinieron tus grabaciones con las letras éticas y de testimonio político de Caballero Bonald.

Bueno, a raiz de que yo ganara el premio de Mairena, Moreno Galván me llevó a Madrid; si Paco no me hubiera llevado a Madrid, quizá, yo estaría todavía en La Puebla. Con él -tu sabes que Moreno Galván hacía letras políticas- grabé dos discos chiquitos en RCA; luego me pasé a Ariola y allí quien llevaba el flamenco era Caballero Bonald, que dijo a Galván que si me hacía algunas letras y este le dijo que sí. Y así salió el disco que dices, que sí, que eran un poco políticas las letras. Pero hay un cante, que es la caña, que la letra la hice yo personalmente.

-Entonces, desde tus inicios has venido escribiendo tus propias letras.

No, solamente aquella. Después he empezao a cantar mis letras. Concretamente, en el disco «Encuentros» hay cinco cantes con letras mías; también en el último todos los cantes tienen mis letras.

-Generalmente, y porque te lo piden, realizas el cambio de Manuel Molina. Creo que se puede decir sin riesgo de equivocarse que, tras Manuel Vallejo, has sido quien más ha revalorizado este cambio. ¿Cómo surgió esto en tí?

A este cante yo no lo conocía como de Manuel Molina. Este cante se lo escuché a Antonio Mairena y Antonio lo hacía sin ligarlo tanto como Vallejo. Entonces yo le dije a Francisco: «Francisco, yo puedo hacer este cante too seguío». Y él me dijo que sí, que lo hiciera si podía. Y todo esto sin habérselo yo escuchao a Vallejo. Y resulta que lo ligué por mi cuenta y parece que esto lo he reinventao yo. No el cante, sino la forma, que yo, como te he dicho. sólo había escuchao de esa manera en Mairena; luego fue cuando escuché a Vallejo.

Y luego tengo críticas que dicen que yo lo alargo mucho. etc. etc. Pero lo cierto es que este cante ha vuelto a tener auge desde que yo lo hice en Mairena y tengo que reconocer, que este cante ha sio el que me ha dao el poquito nombre que tengo. Lo que me fastidia un poco es que sólo me pidan ese cante. Mira, cuando me dicen «¡Clavel, por siguiriyas!», me están pidiendo el cambio Y, ¡hombre!, yo también hago otros cantes y estos no me los piden.

-Pero no deja de ser un halago.

Si, claro. Pero también hago otros cantes, ea,

-Y mientras, los críticos diciendo que te encasillas.

Bueno, el tema de los críticos es otro y de esto prefiero casi no hablar. Porque a veces, se hacen críticas sin saber de cante y eso no es así; vamos, que ya está bien. Yo respeto a los críticos que son eso, críticos. Yo agradezco tanto una critica buena o mala que, a veces, también nos la merecemos... Pero, para mí, los críticos lo primero que tienen es que saber de cante; después, escuchar imparcialmente al cantaor y, tras esa escucha, realizar su crítica. que pa eso están.

-¿Qué me dices de los cantes comerciales?

Hombre, ahora que me mientas eso, yo no sé cómo la gente realiza comentarios. Fíjate, porque en mi último disco he metío unos fandangos de Huelva ya se ha dicho que son comerciales... Bueno, ¡Pués yo no lo creo así!. Porque yo me he ido al que creo que los realizó siempre con mucho corazón y pundonor, a Paquito Toronjo. También, por hacer esto, se me ha dicho que he perdío mi línea. Y te sigo diciendo que esto no es así; porque los fandangos de Huelva tienen su calidad y estando bien hechos, pueden ser tan grandes como cualquier otro. ¡¡¡Y no son comerciales!!!

-Diego, ¿crees que en flamenco caben otros instrumentos musicales?

¡Oée! Tendrá cabida para otros, a mí eso no me va. Quién lo haga, bien hecho está, ¡claro!, para él. A mí, sacándome de la guitarra, que no me busquen en otro sitio. Yo no pueo querer más que a la guitarra.

-¿Qué opinión te merecen las casas grabadoras? ¿Malean a los cantaores incitándoles a que hagan cantes comerciales?

No sé qué decirte. Por mi propia experiencia no puedo decir que si, quizás sea porque yo me he marcao siempre una línea mu seria pa mis cantes. ¡ea!, que no sé andar por otro sitio. Además, mi experiencia en casas grabadoras no ha sío mu buena, que he tenío bastante mala suerte. Puede que haya fallao la promoción, que haya fallao yo, que no lo creo porque hago festivales y bastantes actuaciones en las peñas. Lo que sí puedo decirte es que a las casas grabadoras lo que le va son los cantes que no tengan mucha complicación a la hora de escucharlos Y así, cualquiera que esté trabajando o haciendo cualquier cosa, pueda escucharlos sin profundizar; pero al cante, como tu sabes, hay que dedicarle mucha atención y, lo que es más importante, una atención especial.

(continuará)

26/1/07

EL CANTE EXTREMEÑO (y III)

B.-CREACIONES PERSONALES DE ESTILOS DE CANTES (preferentemente el Fandango), CREADOS POR CANTAORES EXTREMEÑOS

1.- LA TARANTA DE PEPE EL MOLINERO

Creada por José Gallardo «Pepe El Molinero» de Campanario, es una bellísima Taranta de superficie, con sones rarísimos que recuerdan los cantes de ida y vuelta de los que «El Molinero» fue un consumado maestro, así no en vano fue conocido en su tiempo por «El Rey de las Colombinas» y que para su interpretación necesita una voz limpia y clara, como la que tuvo el cantaor de Campanario.


2.- EL FANDANGO DE PÉREZ DE GUZMÁN

Creado por JOSÉ PÉREZ DE GUZMÁN y URZÁIZ, terrateniente extremeño de Jerez de los Caballeros, aficionado al cante y a los toros, y que pasa su juventud en Huelva, de donde recoge el aire valiente de su fandango; simplemente aficionado a cantar no llega a grabar este Fandango que lo ha inmortalizado, pero sí lo hicieron unos amigos cantaores, los artistas flamencos: El Cojo de Málaga y M. Centeno.

El Fandango de Pérez de Guzmán es el resultado, por tanto, de la mezcla de un fandango valiente con aires de Huelva y la dulzura del acompañamiento del aire «abandolao» de Málaga.

Manuel Yerga, siempre ha mantenido que existen dos estilos de Fandango de Pérez de Guzmán, nosotros creemos que se trata del mismo fandango grabado por artista y tiempo distinto, ya que recibido verbalmente difícilmente es repetible la igualdad de un cante.

También mencionaremos que no estamos de acuerdo en absoluto con Miguel Espia y Romualdo Molina, que en el librito homenaje a JUAN V AREA, atribuyen el origen del Fandango de Pérez de Guzmán en el cantaor sevillano Rafael Pareja, ya que con toda seguridad anterior a esa fecha que no especifican ya estaba grabado por el Cojo de Málaga y M. Centero.

3.- EL FANDANGO DE PORRINA DE BADAJOZ

Creado por el genial JOSÉ SALAZAR MOLINA, se fundamenta esencialmente en la particularísima y acaramelada voz de Porrina, que igual rompe sin techo en los altos, que pica en unos inimitables tonos bajos a medio falsete que muy pocos artistas han poseído; por eso el Fandango de Porrina de Badajoz es muy difícil de imitar.

De Porrina de Badajoz, cantaor al que en el anterior Congreso dedicamos una ponencia, presentamos una cassette con cantes inéditos al objeto de sufragar un monumento que se inaugurará el día de Reyes 88 en Badajoz; en él se recogen una serie de fandangos de distintos estilos que hablan por sí solos de las etapas de formación y aprendizaje de este artista.


4.- LOS FANDANGOS DE MANOLO FREGENAL

Tres estilos distintos de fandangos creados por el cantaor extremeño con formación y devoción sevillana. Manuel Infantes «El Niño de Fregenal», el del cuerpo y la voz de jilguero, que nos dejaría para la historia del cante dos estilos de fandangos personales al estilo natural, y otro, como su pueblo, a un paso entre Badajoz y Huelva, que nosotros denominamos de «transición» entre el Fandango natural y el de Huelva.

Este Fandango, grabado por el también desaparecido «Pepe Toronjo», hermano y pareja durante muchos años del genial Paco Toronjo, ha sido equivocadamente atribuido a este cantaor choquero y conocido como «El Fandango de Pepe Toronjo», siendo una creación de Manolo Fregenal, y también ha sido grabado en la gran Antología de RCA (nueva) por Manolo Cantarrana con la denominación de Aires de Fregenal en el apartado denominado «Cantes flamencos de la periferia andaluza», que pueden llevar a la confusión a quien no los conociere.

Terminamos diciendo que todos estos cantes, como dije anteriormente, han sido recogidos en la interpretación de los jóvenes valores extremeños, que consiguieron los primeros premios del I CONCURSO NACIONAL DE CANTE EXTREMEÑO que recientemente hemos celebrado, en un disco-álbum que titulamos CANTES EXTREMEÑOS, y que ponemos a disposición de todos los aficionados a través de este Congreso.

25/1/07

EL CANTE EXTREMEÑO (II)

2.-EL TANGO EXTREMEÑO

Cante autóctono gitano-extremeño, que parte de un ritmo común al ritmo TANGOS que es el cante festero por excelencia de los gitanos; es, por tanto, una rama de uno de los CANTES BÁSICOS GITANOS: LOS TANGOS.

Es un cante acompasado, que se caracteriza y diferencia de las otras familias de TANGOS en su riqueza musical, en su variedad de melismas, eh su cadencia lenta alargando mucho algunos de sus tercios y en el cambio de ritmo final parecido al que se produce en el JALEO EXTREMEÑO.

El Tango Extremeño a menudo es mal conocido con el nombre de TANGOS CANASTEROS, sobre todo en Andalucía, quizás porque Andalucía los recibe de la emigración de los gitanos extremeños en las fiestas de ganados preferentemente, y éstos normalmente hacían su desplazamiento en caravanas, utilizando caballerías y tardando bastante tiempo en regresar a su asentamiento habitual, ya que es lógico que aprovecharan más de una feria antes de retornar y el medio de locomoción es evidente que no era muy rápido.

EL TANGO EXTREMEÑO actual es una mezcla de las diferentes formas que se crean en las distintas localidades extremeñas, preferentemente Tierra de Barros con Almendralejo, Villafranca de los Barros y Santa Marta como principales focos, Zafra con su gran fiesta de ganado, Granja de Torrehermosa y Azuaga, Mérida como paso en su feria chica, la Siberia y la Serena Extremeña, etc.; y al igual que en la recreación y formación del JALEO EXTREMEÑO su cuerpo definitivo lo toma en la PLAZA ALTA de Badajoz, lugar como hemos dicho anteriormente de gran asentamiento y de gran trasiego gitano.

EL TANGO EXTREMEÑO, antes de que surgiera la figura del cantaor profesional y coetáneamente con él, se cantaba y todavía se canta en cualquier fiesta gitana a coro, sobre todo las mocitas, y suelen ir haciendo una rueda de parejas en el baile sacándose unos a otros. Las letras suelen ser muy simples, y las estrofas suelen ser de cuatro o tres versos y en éstos suele repetir el primero según la forma del Tango y hacen referencia a cualquier episodio, manifestación o gracia del acontecer diario.

Cantando las excelencias del hombre de sus sueños:

Estoy queriendo a un gitano
con los ojos dormilones
con la cara más bonita
que pueden soñar los hombres.


Expresando un estado de ánimo, en la espera:

Ni me pinto ni me lavo
ni me pongo colorete
hasta que no venga mi Antonio
de la feria de Alburquerque.


Situaciones chocantes diarias:

Tú que vienes telerando
porque vienes de Madrid
si tú eres de Badajoz
y eso no te pega a ti.


Dudas de enamorado:

Te tengo que preguntar
si cuando me ves te alegras
o te sirve de pesar.


Penas de enamorado:

Debajo de esa farola
me estoy quitando una espina
y hasta el corazón me llora.


Simple filosofía popular:

Está visto y comprobao
que el que bebe vino tinto
está gordo y colorao.


Situaciones de incertidumbre ante la vida:

Toa la noche en la escalera
esperando el porvenir
y el porvenir que no llega.


Resultados de conflictos y reyertas, marcados por la ley gitana:

Los hijos de la María
se los llevan al Tardón
sólo por una porfía.


O describiendo simplemente la realidad cruda:

Al entrar en la Picuriña
lo primero que se ve
a los gitanos con cueros
y a los niños sin comer .


Estas letras suelen ser por su temática muy espontáneas, y si en el momento caen en gracia se repiten hasta la saciedad a lo largo de la fiesta y después de cualquier portador que la ha aprendido la repite en otra u otras fiestas y así de unos a otros se van incorporando al repertorio popular y general del TANGO EXTREMEÑO.

En muchos finales las letras suelen ligarse a ritmo bien con un: «Ay lerelerele lereleré» (que también suele utilizarse de inicio para templarse), o bien con «Oh! mare, oh! mare» o con «mira prima, mira prima».

Existen en algunas discografías poco cuidadas y quizá por la ignorancia de las casas productoras títulos tales como: TANGOS PORTUGUESES, TANGOS DE LA PICURIÑA, TANGOS DE LA LUNETA, que como decimos se deben muchas veces a la ignorancia y otras a la particular personalidad de algunos artistas, tales como el genial Porrina de Badajoz que le gustaba bautizar con títulos distintos los mismos cantes, porque en realidad es el mismo TANGO EXTREMEÑO en alguna de su variedad de formas y que nosotros tenemos recogido hasta seis diferentes.

En Portugal los gitanos cantan los mismos tangos por influencia, pero más rápidos, conservan la forma y el aire y la única diferencia puede estribar en la distinta pronunciación del lenguaje.

(continuará)

24/1/07

EL CANTE EXTREMEÑO (I)

PONENCIA PRESENTADA EN EL XV CONGRESO NACIONAL DE ACTIVIDADES FLAMENCAS, BENALMÁDENA-1987

Francisco Zambrano Vázquez

(publicado en CANDIL nº 54, noviembre-diciembre 1987)



A.- CANTES PROPIOS O AUTOCTONOS EXTREMEÑOS

LOS JALEOS y LOS TANGOS EXTREMEÑOS.-Cantes genuinamente gitano-extremeños, creados en los distintos puntos de asentamiento de esta raza en Extremadura y posteriormente recreados en torno a la PLAZA ALTA de Badajoz.

1.-EL JALEO EXTREMEÑO

Cante autóctono gitano-extremeño que tiene su origen en el rito-fiesta que en forma de cantes y bailes acompaña a la boda de los gitanos, en el momento en que se considera realizado el casamiento, con la prueba de la «virginidad» y en el que una letra «EL LLELI» se conoce con el nombre de ALBOREÁ. Es un cante acompasado y con un ritmo muy parecido al que es conocido en la actualidad como de bulería al golpe. El nombre de JALEO puede deberse al alboroto que en forma de cante y baile se produce, como manifestación de alegría al conseguirse con limpieza o pureza una boda por el rito gitano.

Creemos que en un primer momento, el ritmo utilizado sería igual en todos los lugares con asentamiento gitano; más tarde con la gestación de los distintos cantes, este ritmo serviría como matriz del cante por SOLEÁ, al solemnizarse, al recibir la impronta personal de los artistas creadores y al tomar contacto con los diferentes elementos musicales subyacentes en Andalucía. En Comunidades aisladas de estas influencias como Extremadura, no puede producirse la evolución, de forma similar a como ocurre en la evolución de las culturas primitivas que nos lleva a reconocer en las postrimerías del siglo xx la existencia de algunas todavía en lugares aislados y se conserva, por tanto, el primitivo ritmo, que irá recreándose y conformándose en torno a la PLAZA ALTA de Badajoz, lugar de gran asentamiento, trasiego y paso de los gitanos y en el que existían grandes y numerosas posadas para caballerías, y que podríamos comparar en cuanto a Extremadura, con el equivalente en la distancia de lo que supuso Triana en el cante con respecto a Andalucía, y así se irá formando este cante con el nombre de JALEO EXTREMEÑO y el aire propio, la cadencia y la acentuación del habla de los gitanos extremeños y sus influencias.

En otras provincias andaluzas, donde tampoco existen cantes propios por SOLEÁ, tales como JAÉN, GRANADA, MÁLAGA, ALMERÍA y HUELVA, creemos que no se mantiene el primitivo ritmo de JALEO, porque la existencia de otros géneros de cantes distintos y propios de gran riqueza y entidad, impiden u obscurecen la conservación de este ritmo gitano primitivo o la evolución de los mismos, más elaboradas en otros lugares y su toma de contacto con estas provincias donde sí habían evolucionado, hacen que se pierdan; peligro que indudablemente estaba corriendo el JALEO EXTREMEÑO, ya que nuestros artistas en MADRID prácticamente lo cantan y lo graban a ritmo de bulerias, debido a la gran influencia y facilidad en la difusión actual de todos los géneros flamencos.

De esta forma la evolución de este primitivo ritmo será solemnizándose a SOLEÁ al igual que el TANGO al solemnizarse y enlentecerse se hace TIENTO, y al aligerarse, al igual que el tango se hace «TANGUILLO» para la chufla y el baile; el JALEO se hace BULERÍA para la burla, la chufla, el baile y la fiesta.

Hay, eso sí, una diferencia en el tiempo de la evolución de la SOLEÁ con respecto al TIENTO, ya que éste es mucho más moderno y esto es lógico, debido a que los cantes de bodas gitanas tenían un carácter reservado a estas fiestas y tienen que buscar pronto la salida en la SOLEÁ; no ocurre así con el TANGO, cante festero por excelencia y que, por tanto, no necesita una celebración especial ni reservada.

En cuanto al TANGUILLO y la BULERÍA, como tienen compás distinto, el tanguillo tiene menos calidad y dificultad y es normalmente considerado género menor y la BULERÍA, aunque también empezó considerándose como género menor, por su dificultad técnica sobre todo, cobra gran espectacularidad y protagonismo en tiempos modernos.

Las formas del JALEO EXTREMEÑO recuerdan en parte al tango extremeño y de hecho en la actualidad se cantan letras de unos y de otros indistintamente, si bien sus tercios son menos alargados y con menos riqueza musical. Tienen una especial cadencia-parada en el último tercio, que rompe el ritmo y hace muy difícil su interpretación.

Las letras del JALEO EXTREMEÑO, aunque como hemos dicho las actuales suelen intercambiarse con las del TANGO EXTREMEÑO, suelen hacer referencias a las bodas:

Ábreme la puerta Peña
que se ha llevao el tío Joaquín
la flor de las Extremeñas.


ya otros ritos de aparejamiento, como los expositamientos:

Esta noche me exposito
mañana por la mañana
me la llevo a Don Benito.


O las fugas, con lamentos o reflexiones al elegir, en la boca de la mocita:

Ay un encajero
madre yo me voy con él
que tiene mucho dinero.


el pretendiente:

El aire le dice al «santo»
que yo me quedo con la chiquirrinina
que la grande tiene amo.


o de los padres:

Ay que por mi puerta pasó
un gitano canastero
que a mi niña se llevó.


Las estrofas suelen ser de tres versos y entre las letras de los mismos, sobre todo entre el penúltimo y el último verso, suelen intercalarse palabras características, tales como «caramba» que aumentan la dificultad en la interpretación sin salirse del compás.

22/1/07

EL PIYAYO

(publicado en CANDIL nº 48, noviembre-diciembre 1986)

Rafael Reyes Nieto «El Piyayo» (Málaga, 1864-1941), tuvo una vida pintoresca y azarosa, desde soldado en la guerra de Cuba a presidiario. Su cante es fiel reflejo de su vida. Un tango irregular con aires de carcelera y guajira, que se acompañaba él mismo a la guitarra en constante improvisación .

SOBRE "EL PIYAYO"


Juan Calderón Rengel

Hace unos años se publicaron en el diario SUR, de Málaga, unos artículos con entrevistas a personas de distintas edades, profesiones etc., sobre si habían conocido o no al «Piyayo» o, al menos, habían oído hablar de él. No tengo a mano los trabajos, ni siquiera puedo asegurar que los conservo. No se trata de estudios sobre este personaje, sino más bien de una encuesta de la que pudiera deducirse, con garantías de autenticidad, la erosión que el tiempo -ese enemigo del hombre- va causando inexorablemente en nuestra memoria, en todo nuestro ser. Resultó de aquella prueba que nadie o casi nadie había conocido al «Piyayo» ni había oído hablar de él. Y no porque no gozara de popularidad en su tiempo -que sí la tuvo y grande-. Y es que Málaga la cantaora había empezado a olvidar a una de sus figuras flamencas más representativas y trascendentes.

Pero aquí se produjo su renacimiento, pues cuando muchos de los profesionales del cante (algunos incluso importantes) eran relegados al más negro olvido y allí se quedaban anquilosados y estancados, los «jipíos» de este gitano serio, silencioso y desgarbado volvían a sonar y resonar en cafés y tablaos, y sus «ayes» han vuelto a ponerse de moda para alcanzar ese «status» de solera y definitiva consagración, que es como un espaldarazo de vigencia. Y eso, digo yo, será por algo. A mí no me cabe duda de que la principal labor de mantenimiento, conservación, vigilancia y mejoramiento de la pureza del cante la llevan a cabo las «peñas», que agrupan en sus cenáculos a aficionados, o, sencillamente, amantes de esta faceta de nuestro «folklore». Hoy se puede avanzar mucho en este terreno por la abundancia de medios técnicos apropiados y cada vez más perfeccionados de que se dispone. Hoy, el que no aprenda a cantar flamenco, o por lo menos a entender de él, es porque no quiere o no esté mínimamente dotado para ello, pues facilidades no le habrían de faltar. Por lo pronto, ya está funcionando por ahí algún que otro centro, impartiendo estas enseñanzas. «Cosas veredes que harán fablar a las piedras».

Creo que esta reaparición o renacimiento no pueden deberse a pura casualidad. Aquí se ha operado un cambio de ambiente y estilo en el panorama y gustos flamencos del pueblo y para que ello haya podido ocurrir ha sido necesario que lo que va a renacer tenga calidad artística. De todas maneras, se ha caminado a veces a grandes pasos, bien porque la afición tácitamente lo ha ido exigiendo así, y otras temerariamente para recobrar el tiempo perdido. Ambas cosas son enemigas de nuestro cante, en el que no caben saltos felinos, desde el olvido hasta la excesiva e incontrolada euforia. No creo que haya hoy cantaor que no lleve en su repertorio alguna cosa del «Piyayo».

Pero también ha contribuido a la producción del hecho que venimos comentando la inclusión por González Marín, en sus programas de recitales, de la poesía «El Piyayo», de José Carlos de Luna, en los años inmediatamente anteriores y posteriores a la guerra, poesía incluida entre las mil mejores de la lengua castellana. La mayor parte de la producción poética del nombrado autor creo que lo fue con miras a que se adoptase por el gran recitador cartameño, como así ocurrió, figurando entre otras «La taberna de los tres reyes», «Solearillas», «El Cristo de los Gitanos», «Caracoles», «Ritmo de tanguillos del Campo de Gibraltar», «El fandango de Juan Breva», «La misa mayó del pae Miguelito», «El café de Chinitas», «La Golondrina», «La Anica Amaya», etc. La primera edición tuvo lugar el mes de agosto de 1934, siendo el precio del volumen de siete pesetas. Recuerdo que lo adquirí en una de aquellas bibliotecas ambulantes, que recorrían ciudades y pueblos para promover entre la gente la afición por la lectura. González Marín aireó la poesía por los cuatro puntos cardinales con magníficos resultados.

El primer verso del repetido poema dice así: «¿Tú no conoces al "Piyayo"?». Cuando se escribió aún vivía el protagonista. Yo le conocí, aunque nunca hablé con él. Pero parece que existe una confusión (que no resta mérito literario a la composición) entre el verdadero «Piyayo» y otro cantaor llamado «El Rabúo», que también, adornándose de una guitarra, cantaba y bailaba en tabernas y en las calles, pidiendo después limosna a los oyentes. Conservo en mi memoria imágenes borrosas, vagas y difuminadas de un hombrecillo bailando en una calle de mi pueblo, acompañándose de una guitarra, vivo como una centella y saltando como un cigarrón. Era «El Rabúo», cantado por José Carlos de Luna como si fuera el verdadero «Piyayo», que no era como erróneamente dice el poeta:

«Un viejecillo renegro,
reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo tiñoso
que pide limosna por tangos
y maldice cantando
fandangos gangosos...»
.

Me parece que aquel hombrecillo, entre otras coplas que no recuerdo, cantaba una que decía así:

«yo soy el Malacatín,
y tengo menos vergüenza
que "tos" los que hay aquí»
.

Los oyentes, en su mayoría corredores, tratantes, ganaderos y feriantes en general, se solazaban en la choza donde tenía lugar el «espectáculo», fumando sin parar tabaco de contrabando y tomando cortados de aguardiente seco.

El verdadero «Piyayo» me lo mostró un amigo en Málaga una noche de junio de hace 50 años, cuando tomábamos café en un bar de calle Larios.

-¡Ahí va «El Piyayo»! -me dijo- y yo, disimuladamente, salí a la calle y le seguí un poco. Llevaba su inseparable guitarra en bandolera y sombrero cordobés, e iba mal vestido. Era alto, algo encorvado. Otro día que le vi como un sonámbulo, con unas copas de más, iba monologando. En las dos ocasiones, solo.

Las coplas de su cante son generalmente jocosas, asentadas en un poso de humor y tristeza, que, ante el contraste, hacen sonreír -y pensar- al auditorio. Y es que este cantaor «sui generis» tiene duende, que es algo que sin voz, sin academicismos, con muy pocos recursos, presta al cante una gracia especial que lo eleva, así como al auditorio, a regiones de inevitable e incomprensible escalofrío.

He aquí algunas de las letras de este cante del «Piyayo»:

«Adiós, patio de la cárcel,
rincón de la barbería,
que al que no tiene dinero
le afeitan con agua fría».

«Adiós, Málaga la bella,
tierra donde yo nací
que pa todos fuiste madre
y madrastra para mí».

«El día que yo te vea
hablando con quien tú sabes
te toca el premio mayor
de los números cabales...»
.

Finalmente, recuerdo con toda fidelidad unas estrofas flamencas que se cantaban mucho hace más de medio siglo, y que hoy casi nadie las conoce. Son los versos del absurdo, del disparate, a los que tan aficionados eran los antiguos cantaores. No sé si «El Piyayo» las cantaría. Desde luego, en mi pueblo sí se conocían, y me han llegado por tradición oral, a veces a golpes de memoria, pues no tengo ningún dato, nota o tratado donde haya podido leerlas. Por otra parte, llevo cincuenta y tantos años conservándolos por ese procedimiento, y si a veces, años atrás, he requerido su presencia en cualquier reunión familiar o de amigos, han acudido prestos a mi llamada, sin un fallo, sin una detención, sin un tropiezo, para dormirse nuevamente hasta otra ocasión propicia. No sé cuándo ocurriría esto la última vez. En cierta ocasión pregunté a un flamencólogo, y me dijo escuetamente que parecía cante del «Piyayo». La verdad es que a mí también me lo ha parecido siempre.

y aquí trascribo la letra:

Yo salí de mi cuartel
con hambre de tres semanas,
y me encontré un cirolillo
cargaíto de manzanas.

Empecé a tirarle piedras
y caían avellanas,
y al ruido de las nueces
salió el amo del peral.

" ¿Está usted cogiendo uvas,
siendo mío el melonar?".
Me tiró medio ladrillo
y me pegó en un tobillo,
me hizo sangre en un colmillo
y me dolió hasta el morrillo.

Yo fui a la venta a curarme.
El ventero estaba malo
y la mujer no lo sabe.

Las cabras están en misa,
las mozas en el corral,
los platos friegan y barren
y la escoba en el vasar.
En el cajón está el vino
y en la calabaza el pan.

17/1/07

LA TRIANA DEL ZURRAQUE (y II)

-Cambiando el tercio, como se suele decir, al escuchar el disco «La Triana de El Zurraque», escuchamos cómo el estilo de bamberas tiene un sabor diferente a los que últimamente venimos escuchando. ¿De dónde «El Teta» ha cogido ese gusto para entonar las bamberas?

-Pues de «El Zurraque». Yo salía de joven con una muchacha que vivía en este barrio y a ella le escuché cantar las bamberas que yo hago. No sé si ella las escuchó en algún lao, que supongo que sí, pero lo cierto es que yo le escuché las bamberas a esta chavala y como ella las hacía, así las hago yo.

-Aunque parezca un poco liviano, siempre que charlamos con artistas, tenemos la curiosidad de preguntarles de dónde procede su apelativo artístico. Esta bastante claro el de Márquez, «El Zapatero», pero ¿ «El Arenero» y «El Teta», de dónde vienen?

-Pues está muy claro también, porque yo tengo una gravera de arena. Yo no he comido más pan que el que han dado nuestros barcos, con los cuales sacamos arena del río. Esta gravera era de mi padre y antes lo fue de mi abuelo y desde entonces viene el apodo.

Y el mío -aquí interviene «El Teta»- es también un apodo, creo que al primero que le decían «El Teta» era a mi tatarabuelo y de él todos lo hemos venido heredando. ¡Compare, tiene usted toa la cara de una teta! - expresa de nuevo «El Arenero».

-¿Qué opinión tienen ustedes de lo que se viene denominando soleá de los alfareros?

-Bueno, ese nombre se lo puso don Rafael Belmonte, porque la mayoría de los cantaores que la interpretaban eran alfareros, pero eso es soleá de «El Zurraque», como antes ya no hemos referío. Lo que pasa es que el arte es como tó, es una práctica, un estudio. Si te encierras en uno o dos cantes, pues no sales de ahí. Si quieres estar más preparao, pues tienes que practicar más -comentó «El Zapatero».

-¿Ha podido servir, en cierta manera, ese encierro de los cantes de «El Zurraque», así como de sus cantaores, para que se conserven con toda su pureza?

-¡No, que vá! Allí han estao toos los cantaores del mundo. Ha estao Antonio Mairena, Juanito Valderrama, han estao todos. Lo que pasa es que se ha seguío manteniendo en cante puro, se ha seguío manteniendo nuestro estilo, Me acuerdo -continúa «El Arenero»- una vez que estuvimos en una reunión con Antonio Mairena, Tomás Torre, Juan Talega, en fin, que echamos un rato muy bueno. Me acuerdo que le dijeron a Mairena que hiciera la soleá que hago yo, y Antonio contestó: «No me digáis más que haga el cante de «El Arenero», porque cuando yo haga ese cante será para engrandecerlo, no para desvirtuarlo», y es que Antonio Mairena es el cantaor más grande que yo he escuchao.

-En aquella ocasión yo le pregunté también a Antonio -comenta «El Teta»-. Antonio, ¿Los fandangos es un cante chico? y él me contestó: «Depende de quien los cante, porque esos fandangos que tus has cantao, que son de «El Mani», son grandes porque ese cantaor los hacía grandes y fue una pena que se muriera con 25 años». Me acuerdo que «El Mani» -continúa- era un gran cantaor, y que se juntaba mucho con los grandes toreros. Además, por esa amistad que tenía con las grandes figuras del toreo, «El Mani» se juntaba mucho con Arruza y en una ocasión estuvo cantando en Córdoba, en la casa de Manolete.

-Yo lo que quiero y ojalá fuera así -interviene a continuación «El Zapatero»- que haya chavales nuevos, que salgan con «maera» y que sigan llevando y haciendo el cante de «El Zurraque». Yo estoy harto de ir a concursos de cante y a festivales, y el cante que hacen los gitanos está bien abrigao, ese cante no se pierde. Es una pena que el cante de «El Zurraque» se pierda porque no salgan nuevos valores que puedan continuar con este cante, y lo bueno es que a los jóvenes les gusta este cante, pero por circunstancias y quizás por proyección hacia la popularidad, no suelen hacer los cantes de «El Zurraque».

16/1/07

LA TRIANA DEL ZURRAQUE (I)

(publicado en CANDIL nº 24, noviembre-diciembre 1982)

LA TRIANA DEL ZURRAQUE, EN LA OPINION DE ANTONIO "EL ARENERO", MANUEL LEON "EL TETA" Y MARQUEZ "EL ZAPATERO"


Antonio "El Arenero"

De sobra es sabido. En cada calle, y aún más en cada patio de Triana, ha nacido un estilo de cante, una manera peculiar y distinta de mecer la «soleá»; una forma de estremecer la siguiriya y la toná. Ello, no obstante, Triana ha sido -¿lo sigue siendo aún?- la gran desconocida. Sus cantes se han homogenizado por ese instinto de generalización que informa las valoraciones poco rigurosas. Por eso, hablar de la soleá de Triana, sin otras precisiones, es desconocer algo tan fundamental como los distintos estilos de soleá que allí se dicen. Es, en definitiva, empobrecerla. En este sentido, cualquier esfuerzo que se haga, por insignificante que parezca, será enriquecedor.

-Antonio, usted canta siempre por soleá.

-Na más que por soleá ¡no! Yo voy a hacer un disco entero. Lo que me parece a mí más comercial es el cante «por soleá», que a lo mejor ustedes no lo habéis escuchao. ¿Ustedes han escuchao los que vienen en el disco? Pues a la gente le gusta otro cante «por soleá» que yo les hago. Ese cante no lo han metío en el disco, ese cante lo han metío en una antología.

-¿Cuál es la diferencia?

-Pues mire usted hombre. Ese cante es un cante de «El Zurraque» y es el más dulce que se ha cantao en Triana. Me refiero a la Triana de «El Zurraque», porque en Triana se ha cantao muchísimo. Lo que pasa es que en ese sitio de «El Zurraque» es donde se ha cantao más dulce. No más bien ni más mal, sino que se hace de una forma diferente. Ese cante lo hacía mi padre y de él lo he sacao yo.

Yo no hago más cantes porque a mí es que me han pasao cosas... Estuve en Badajoz cantando y me dije: ¡Hoy que estoy en Badajoz voy a hacer otros cantes! Y cuando terminé de cantar la primera parte, yo les pregunté qué les había parecío y me dijeron: «Pues mire usted, nosotros esperábamos otra cosa de usted; hubiéramos querío que nos hiciera este tipo de cante por soleá que sabe». Pues vamos a empezar de nuevo otra vez. Así que ellos ya sabían cómo hacía yo las soleares. Es que son diferentes a los cantes que yo hago en el disco. En el disco hay cinco cantes que antes no los ha grabado nadie. Tres cantes «por soleá», de «El Arenero»; las Bamberas, de «El Teta»; y la soleá, de «El Sordo» que las he grabado yo. Cinco cantes inéditos hechos por nosotros tres, -comenta Márquez, «El Zapatero»-.

-¿Qué relación han mantenido ustedes tres con Manuel Olivé?

-¡Sí, hombre! Olivé se ha criao conmigo -sigue respondiendo Antonio «El Arenero»-. ¡Bueno! Se ha criao conmigo no, yo me criao con él, porque él es mayor que yo. El se ha criao con mi padre y cantaba con mi padre. Olivé ha cantao con mi padre un montón de años y después, por circunstancias, ha cantao conmigo. Pero, aunque Olivé está criao en «El Zurraque», él no hace ese cante. Mire usted, a Olivé yo lo he escuchao cantar tan bien, tan bien, que me ha llegao a volver «majara».


Manuel León "El Teta"

En toos los corrales se cantaba y muy dulcemente. En la casa donde yo nací, nacieron Carmen Florido, Manolita Pérez, nacieron «Los Tudelas», nació mi padre. Aquella era una casa de artistas.

Nosotros hemos tenío una buena reunión de aficionados que éramos toos amigos y si hemos tenío que tirarnos tres días cantando, pues nos los hemos tirao. Pero eso sí, siempre hemos hecho los cantes de «El Zurraque», no los de los otros sitios de Triana que es donde se hacen los cantes de los gitanos. Y en este sector cada uno iba a su aire, allí no copiaba nadie a otro. Eso era bonito. El día que escuchó Antonio Mairena ese cante «por soleá» que yo hago, decía: «muchacho, ¿tú de dónde has sacado eso?». Además, a mí siempre me ha dao miedo cantar, porque yo creía que este cante que hago no le gustaba a nadie nada más que a mis amigos y, para que yo cantara, teníamos que meternos en un cuarto y cerrar bien la puerta, porque si no yo no cantaba. Cuando yo me convencí que a la gente le gustaba ese cante, fue en la Peña Trianera, que canté una vez y veía lo que disfrutaban los aficionaos que allí había. Yo me decía ¡Pues esto le gusta a la gente! Y eso fue lo que me dio valor pa cantar en público. Luego canté varias veces más en peñas, en el homenaje a «El Sordillo» y así me fui soltando.

-Es una pena que artistas muy localizados en su ambiente flamenco como «El Sordillo» no sean o hayan sido conocidos por la afición en general. ¿Por qué no nos habla de «El Sordillo» ?

-Hombre, «El Sordillo» ha sío un aficionao muy conocío en la Triana de «El Zurraque». Mire usted, en Triana no habío quien valga un duro pa ser artista. El primer aparato que llegó a «El Zurraque» pa grabar, lo compré yo pa grabarle a mi padre; y a mi padre le pasaba lo que a mí cuando veía un aparato de esos, se le ponía el pelo de punta. Por eso «El Sordillo» no ha sío conocido fuera de allí, pero era uno de los que mejor cantaba «por soleá».

Nosotros tenemos muchísimas vivencias con esto del cante. Yo me tiré más de cuatro años sin cantar, porque la vida que yo llevaba no podía ser. Ni mi mujer me veía, ni ná. Entonces me retiré y no quería saber na de fiestas, pero siempre iban a buscarme, hasta que caí otra vez y de nuevo se me metió el veneno. ..

-Pero la cosa no ocurrió así -comenta Manuel León, «El Teta»-.

Pusieron una peñita en Triana, con una habitación donde nos reuníamos todos los jueves, poníamos cada uno una cantidad de dinero y le dábamos una estatuita a un artista, también poníamos unas tapitas, vino, en fin, que echábamos nuestra noche de cante. Aquello se difundió por el barrio y por Sevilla y empezó la gente a ir por allí...

-¡Allí han ido todos los artistas más grandes de España! -comenta «El Arenero».

-Allí aprendió Chiquetete a cantar la soleá ésa -continúa «El Teta»-. Total, aquello se tuvo que cortar porque se llenaba de gente, y los socios que eran los que aportaban su cantidad de dinero para que funcionara la peñita, pues se quedaban en la calle.

-Figúrese usted, cómo sería éso... Le voy a contar la primera vez que yo canté en público -retorna otra vez la palabra «El Arenero», el más hablador de todos-, nosotros teníamos un amigo en Triana que es Manuel Lama, que era el que nos llevaba siempre a cantar, porque tiene mucho dinero y muchas ganas de gastárselo. Bueno, pues él, un día me dijo a mí: «Antonio, tengo un compromiso grande y quiero que me hagas ese favor a mí...» Claro, eso era una «chusmita». Primero había una conferencia y él quería que yo hiciera un cantecito. Le pregunté que cuándo era , y él me dijo que tardaría aproximadamente un año. Pero el año pasó, pasó el año y llegó el día y fui a la peña, porque yo soy brutillo pa ser formal, y estando en la peña me entró un dolor de muelas, pero un dolor de muelas que rabiaba, y Manuel no sabía qué darme a mí pa que se me quitara el dolor. ¡Pero Manuel no me des ná, si yo no tengo muelas! Qué de nervios tendría yo.


Márquez "El Zapatero"

-A partir de ese día fue cuando el cante este que hacemos nosotros empezó a tener auge -primera intervención de Márquez, «El Zapatero»-, porque este cante siempre se ha hecho en Triana, pero casi siempre en reunión. Ahora en público los han hecho otros como Domingo Abadie, «El Alfarero», Manuel Olivé y ahora nosotros. Y yo quiero hablar de «El Sordillo». Este era un señor que había nacido en Málaga y se fue a Triana con cuatro años. Pero a este hombre le ocurrió un detalle hace bastante tiempo, por lo que él me contó a mí, que fue una vez a grabar a Madrid con «El Carbonero» y Pepe Pinto. Iban contratados Pepe Pinto, «El Carbonero» y él en dos mil pesetas. Al llegar a Córdoba se le pagaba al artista, se le pagaba en la estación del tren. A Pepe Pinto y a «El Carbonero» le pagaron las dos mil pesetas y a «El Sordo» quisieron darle seis mil reales, entonces «El Sordo» se bajó del tren y no grabó. Es lo que hablábamos antes de que mucha gente buena no haya grabao. Esto me lo contó «El Sordo» a mí.

Entonces «El Sordo» se tiró a cantar en los pueblos «por la gorra». El estuvo en mi pueblo, en Villanueva del Ariscal y allí cantaba en las tabernas, dormía en un pajar de una casa que era de un amigo suyo. Así se tiraba cuatro o cinco meses y después se iba a otro pueblo. A mí «El Sordo» me contó toda su vida, la pública y la privada. Yo puedo contar muchas cosas de él. Me acuerdo que en una ocasión, teniendo yo ya mi zapatería, se presentó una mañana en ella, a eso de las once y empezó a cantar, estábamos allí un muchacho que tenía yo, una muchacha que había llevao unos zapatos, él y yo. Se puso a cantar y estuvimos allí, con la zapatería cerrá hasta las seis de la tarde. Como en aquella ocasión yo no lo he vuelto a escuchar. De él aprendí a cantar soleá. También escuché a «El Niño Segundo», que era también de Triana, aunque su padre era gallego y él murió en América. También he escuchao al «Cabezas» y luego tuve la suerte de oír a Olivé de Triana. A todos ellos les he escuchao los cantes de «El Zurraque», porque «El Zurraque» es un barrio de Triana, bueno, un sector de Triana, donde generalmente siempre se ha cantao «por soleá». Lo que pasa allí es que en cada esquina, en cada corral, existía un personalismo interpretativo de estos cantes. Manuel Olivé canta de una forma; Antonio, «El Arenero», canta de otra; «El Sordillo» también le ponía su estilo personal, en fin, que cada uno sabe darle su interpretación propia.


(continuará)

15/1/07

ENRIQUE MORENTE (y II)



A.G.C.-Para una crónica posible de esta charla ¿Podrías informarme respecto a los premios o distinciones obtenidos antes y después de ser profesional?

Morente.-Premios como aficionado, no. Porque los concursos han sido una cosa que nunca me ha gustado. No me presentaba nunca a los concursos como aficionado. En realidad, tenga en cuenta que he cantado como aficionado, por todas partes, hasta no hace más de cuatro años.

Manuel Ríos Ruiz.-El premio más importante que Morente tiene es el de la Primera Presencia de Málaga Cantaora en Madrid. Fue primer premio y el más reciente. Fue una final en la que tuvo que competir en serio, ya que calificaron las interpretaciones de los cantaores en cuanto a malagueñas y otros cantes, pero principalmente las malagueñas. Se presentaron cantaores verdaderamente especialistas en el palo, como Pepe el de la Isla y Antonio de Canilla. Además. Bernardo el de los Lobitos que es un maestro consumado no solamente en malagueñas sino en muchos cantes de Levante.

Por eso su triunfo ha sido mucho más meritorio. Fue un día de triunfo rotundo. Yo creo que ha sido uno de los días que mejor ha cantado Enrique Morente y que además el público presente en el teatro se percató claramente de la diferencia existente entre él y los demás actuantes. Morente le puso mucho corazón al cante. Al cante no hay que ponerle inteligencia. De ello no se olvidó. Mientras que los otros quizá confiaron más en esta cosa de inteligencia que en la entrega misma.

Aparte esto que he dicho, hay que tener en cuenta que también Enrique ha sido premiado con un premio de primera (al menos premios importantes) en Fuengirola y en Jerez, donde obtuvo una medalla en ocasión del Concurso en memoria de don Antonio Chacón. Fue el cantaor que mejor ilustró las conferencias del Curso, el que más genuinamente había hecho los cantes que correspondía ilustrar.

A.G.C.-Claro está. Advierto que en lo personal no me preocupa la relatividad de primer premio, segundo premio, tercer premio. Simplemente quería informarme por aquello de ofrecer una reseña documentada.

Morente.- Natural. Eso es como dice Pepe: es como las orejas a los toreros. Eso no. Hay veces que canta uno -yo lo veo muchas veces en los concursos- y el que menos se imagina se lleva el premio.

A.G.C.-Permíteme jugar con las simplificaciones. Si bien Fosforito te lleva por lo menos diez años, creo que tú y Meneses pertenecen a su generación. Arrojo una fantasía: ¿sóis vosotros tres los cantaores de punta en la España actual?

M.R.R.-No hay que olvidar a Terremoto.

A.G.C.-Es verdad, perdona. Aceptando el cuadrilátero con Terremoto. Además, encaja en la edad convencional de la misma generación. No voy a cometer la torpeza de precisar quién es supuestamente el mejor. Pero hay un dato a considerar: Fosforito -sospecho y vosotros me lo confirmareis o no- ya se ha definido. Su arte es inmenso y no cesa. Sin embargo, en él no cabe mayores sorpresas en lo que le quede de vida profesional. Todo esto, repito, es muy relativo pero a la vez probable. Podrá profundizar lo suyo, pero poco creíble que entregue novedades, crecimientos, averiguaciones (con ser uno de los cantaores del siglo que más se ha preocupado de dominar fáusticamente todos los vericuetos del cante)

M.R.R.-Entiendo perfectamente. No creo que Fosforito evolucione más en el cante. y máxime como ahora, que lleva un tiempo afiliado a los cantaores que van en espectáculos más o menos organizados. Y tiene que cantar la mayoría de las veces para el baile de grupo, solistas o compañía. Esto lo va desvirtuando, al menos en la medida de la afición y dedicación que requiere el cante y para seguir estudiando todas sus formas.

En el caso de Meneses hay posibilidades. Si Meneses se lo propone cabe una posibilidad de futuro, pero muy a la larga, por la sencilla razón de que hoy lo hace todo confiado en su gran voz. Vale decir: en sus facultades. Agregado a ello, claro está, el conocimiento que tiene del cante. Por otra parte, Meneses, lo diré claramente -y no me preocupa que se publique- está demasiado autodirigido. Así, entre otras cosas, se le obliga a cantar unas letras que, aunque estén muy bien prefabricadas, no dejan de ser prefabricadas. También hay que considerar que Meneses, como el maestro Mairena, es un poco frío. Necesita tiempo para entrar en asiento.

Terremoto no tiene futuro. Terremoto es un cantaor cerrado desde que empezó. Cerrado, o sea hecho. Lo que pasa es que posee más duende que ningún otro cantaor. No solamente de ahora sino de hace mucho tiempo. Terremoto tiene en la voz un misterio, un duende tan grande que lo salva de toda su imperfección formal, pues hay que reconocer que en algunos momentos no es muy ortodoxo, hace muchas ligas. Pero repito que ese duende de su voz está por encima de todo esto. Y entonces, en un momento dado, acaba con cualquiera aunque luego a la larga le ganen el tirón. Pero esto del porvenir no le quita nada. Terremoto será cantaor siempre, incluso cuando no tenga voz. Su solo quejido es válido.

A.G.C.-Sin artimañas de sofista habría que concluir que el futuro pesa a favor de Enrique Morente, al menos en principio. Hablemos de esto con toda confianza aunque él esté aquí presente.

M.R.R: -Enrique Morente, sí, tiene más perspectivas de futuro que los otros tres. Entre otras cosas porque desde que conocí a Enrique -hace más de dos años- tengo la impresión, y estoy casi seguro, que es más aficionado que los otros. Por otra parte, Enrique es un muchacho que tiene una gran voz, mucho corazón cantando y mucha afición. Su voz se está haciendo e irá a mucho más. Si Dios le otorga tanta vida como a Pepe el de la Matrona, la profecía surge fácil. ..ahí está.

A.G.C.-Amigo BIas, súmate a la charla y dinos tu apreciación personal de Morente.

J. BIas Vega.-En esto del flamenco Morente es un caso un poco excepcional porque está fuera de esas cosas con las que suele ir rodeado el ambiente del cante flamenco (crápulas, seudoidólatras, trajín, etc.). Se comenta la buena educación de Morente, su sensatez, su postura y, sobre todo, algo muy importante en los jóvenes cantaores que hoy han perdido el respeto hacia los maestros del cante. Cualquier joven tutea a Mairena, a Pastora, faltándoles simplemente el respeto. Enrique Morente, con más méritos y más valía que esos desenfadados aficionados, sabe guardar el sitio frente a los maestros del cante.

Morente.-Me parece que ya se han dicho demasiadas cosas buenas de mí. Es que somos amigos...

J.B.V.-Hay sobre todo un aspecto que yo veo interesante ver en él y en relación con el futuro del cante flamenco: tiene personalidad propia, personalidad creadora. Estábamos momificados, casi encadenados. Morente abre un camino interesantísimo que puede ser esencial para el futuro del cante.

A.G.C.-Así es. Personalmente cada vez crecen más mis temores respecto a la momificación de que hablas. A fuerza de haberse desempolvado estilos y maneras de cantes históricos o arcaicos -en esto me toca algo de responsabilidad-, todo puede terminar en un callejón sin salida. La cristalización es nuestro peor enemigo actual. Porque corresponde tener mucho cuidado al precisar hasta qué dosis está bien justificada esa recuperación de cantes. Al cante, en términos muy generales, hay que dejarlo seguir marchando con todos los peligros que ello acarree, porque no es cuestión de quedarnos con las soleares museales de fulano o con la sjguiriyas definitivas de zutano.

J.B.V.-Además, esta personalidad como es la de Morente está aportada siempre respetando la tradición, que es lo realmente interesante.

A.G.C.-Finalmente ¿qué juicio te merece Enrique, desde la ola de tu generación, el cante de Pepe Marchena?

Morente.-Marchena es un cantaor que, vamos, yo no lo considero un cantaor. Ahora que, desde luego, un mérito grande tiene un artista que se lleva manteniendo durante mucho tiempo. No hay más remedio, sin embargo, que de- cir cosas malas contra él, además de reconocerlo como artista. Hay que decir bastantes cosas malas porque ha hecho mucho daño a la afición.

Ha equivocado y ha encauzado a la gente de una forma mala. Y la gente, ha habido un tiempo muy grande y todavía ahora, cree que Los Cuatro Muleros es una cosa importante en el flamenco. Eso podrá ser bueno o malo, yo no lo voy a discutir ahora, pero es un cante que nada tiene que ver con lo que hoy se hace.

Ese señor sale anunciándose como el maestro de los maestros del cante. Pero si ese señor no se anunciara como cantaor puro o como maestro de los cantaores, yo le echaría más valor y lo consideraría mucho mejor. Fíjese que lo que hace tiene un mérito: tiene una facilidad extraordinaria en la garganta. Y luego, es curioso, ha escuchado muchísimo y de lo mejor. Tiene motivos y sabe. Eso es lo peor.

14/1/07

VIEJO CARNET FLAMENCO

(publicado en CANDIL nº 60, noviembre-diciembre 1988)

La publicación periódica de una de las obras inéditas de Anselmo González Climent, en esta Revista, va a proseguir, pese al imprevisto faflecimiento del maestro y amigo. «Viejo Carné Flamenco» es una colección de entrevistas con relevantes protagonistas del Cante y de la Fiesta. realizadas en las décads de los cincuenta y sesenta.

Es cierto que Anselmo González Climent pretendía modificar algunos puntos de análisis que, ciertamente la perspectiva del tiempo, aconsejaba su revisión. Ello, no obstante, el Grupo CANDIL, previa autorización de la esposa del escritor desaparecido, ha querido ofrecer a sus lectores este trabajo tan lleno de frescura, pese al tiempo transcurrido, tan penetrado en agudeza, rigor y sentido de la oportunidad .



BREVE CHARLA CON ENRIQUE MORENTE (Madrid, mayo de 1967)

Anselmo González Climent

Morente.- Nací en Granada, el día 23 de enero de 1963, perdón, de 1942. Es que el número del carnet...

Anselmo González Climent.-En tu tierra ¿tomaste el cante ambiental, de paso, o tuviste algunos maestros concretos?

Morente.-No definitivamente. Yo cantaba lo que se me pegaba de los chavales. A mí desde niño me gustaba el cante. Había una peña en mi barrio -la mayoría borrachos- y solían llamarme a mi casa para ir a la taberna. Ni me acuerdo apenas cómo hacía eso y como cantaba.

Después me juntaba con unos primos míos y otros muchachos aficionados de Granada. Y lo que pasa: luego las fiestas familiares es donde más cantaba. Pero no a mi manera. Ni yo sabía los cantes que cantaba. De manera que todo era improvisado, a la forma que salía.

Más tarde, cuando ya la edad hace que uno se incline por un cante o por otro y, agregado a ello, subí a Madrid, puès me encontré con varios aficionados también de Andalucía y conocí a Pepe el de la Matrona y a una serie de buenos amigos. Les gustaba esto y eran aficionados. Luego, de verdad ya, fue que me convertí en un auténtico aficionado.

A.G.C.-Entiendo, pues, que diste un salto del cante más o menos mediocre que te rodeaba en Granada a Madrid, pegándote casi seguidamente a la enseñanza de Pepe el de la Matrona. Pero supongo que entre un extremo y el otro habrías de tener conocimientos discográficos, referencias de otros cantaores y hasta preferencia por alguno de ellos...

Morente.-Por ejemplo, yo me acuerdo que me gustaba mucho Valderrama..., yo qué sabía. Pero le aclaro que también conocía antes a Pepe el de la Matrona y a otros cantaores como Antonio Mairena, etc. También por radio a Pastora... Pero ocurre que cuando llegué a Madrid, tendría yo 16 ó 17 años. Todavía no asimilaba yo bien, y además con los muchachos que yo me juntaba..., como eran de Huelva pues así resultaba lo que yo hacía. Todo depende mucho de con quièn se junta uno. Todavía no me había percatado de los cantes grandes ni nada. A raíz de Pepe el de la Matrona terminó una mitad de mi vida y empezó la otra.

Porque antes de conocer a Pepe el de la Matrona, y al lado de los amigos que ya le dije, solamente cantaba por fandangos y algún cantecito que ya apuntaba por «soleá», a mi forma.

A.G.C.-Yo recuerdo vagamente -hará cinco años o más- que Pepe el de la Matrona te escuchaba como quien no quiere escuchar , pero te vigilaba el compás, el temple, los tercios, la medida, etc. De pronto -en mesa separada a la tuya- interrumpía la conversación que tenía con BIas Vega, Teré y yo para acercarse a ti y regañarte, corregirte, indicarte. Si bien no te habilitaba como posible cantaor, y retornaba a la conversación con sus amigos, seguía pegado a ti. Disimuladamente, con regateo, en verdad te distinguía. Quiero creer que todo este proceso habrá terminado y Pepe estará públicamente orgulloso al verse en gran parte reflejado en ti.

Morente.-No, ya nos hemos hecho muy amigos. Yo estimo mucho al hombre y desde luego pues me ha encauzado en esto por lo mejor. Porque lo importante de esto es que alguien le encuentre a uno la línea de los cantes buenos. O sea: que uno empiece a escuchar cantes buenos y luego, le guste a uno ante todo, procure asimilarlos, cogerle afición.

A.G.C.-Por supuesto todo lo que has dicho está perfectamente claro. Pepe el de la Matrona te brindó una línea, un cauce. Pero al mismo tiempo tú habrás notado que traías por dentro una cantidad de cosas...

Morente.- claro, claro, de acuerdo. Desde niño yo cantaba pa adelante. La intuición mía era cantar flamenco. Llegué porque lógicamente me sentía. Lo que pasa es que me faltaba adentrarme en los cantes grandes, en los cantes serios. Los cantaré mejor o peor, pero eso ya... Entonces creo que eso no se asimila hasta que no se tiene más edad. Hasta que no se adquiere una edad consciente, todo lo que uno haga no tiene importancia grande. Aunque, claro, yo he escuchado a un muchacho de quince años cantar por ahí y lo que hacía era muy bueno, porque era innato, pero sin saber lo que hacía. Todo de una forma intuitiva.

A.G.C.-Precisamente creo que va te encuentras en una edad de poder elegir, seleccionar y comprender en qué cantes te sientes más cómodo y en cuáles no. Por ejemplo: comencemos por saber cuáles son tus cantes negativos, aquellos que te suponen esfuerzo y no los haces a gusto.

Morente.-Los cantes a los que yo no le tengo afición. ..La rumba, por ejemplo. El garrotín. ..

A.G.C.-Claro. Eso lo daba yo por supuesto. Pero como tú decías que de joven te inclinabas casi exclusivamente por el fandango, ¿qué cambio de actitud tienes ahora frente a ese cante?

Morente.-Pues el fandango, cierta clase de fandango, me pare- ce lógico abarcarlo. Hay fandangos que tienen dificultades grandísi- mas. Hay fandangos muy buenos. Pues esos me gusta cantarlos. Ahora bien: el fandango que en la actualidad se canta por todos los sitios, como el de Farina, Porrina..., toda esa gente que se canta mucho, porque son artistas muy populares, pues a eso sí: no le tengo afición.

A.G.C.-Vamos a convenir una división artificial. Supongamos que existieran solamente dos líneas de cante: las siguiriyas y las soleares (ambos con todos sus cantes derivados o afines). ¿En cuál de esos dos sectores te encuentras más posesionado, más dramatizado, más de verdad?

Morente.-Bueno. Hay momentos en que me toma pa uno y a veces pa otro. Ahora le diré: yo creo que en el cante por siguiriyas hay que emplear más el corazón que la cabeza; y en el cante por soleares hay que llevar las dos cosas. Porque en el cante por soleá es muy difícil poner arte y luego la cabeza también, debido a esa actitud que lleva en el ritmo y eso. El cante por siguiriyas es otra cosa. Yo no creo que un estilo sea más grande que el otro. Los dos son grandes e importantes.

A.G.C.-Metiéndonos más a fondo. ¿Cuál es la valoración personal que tienes de los cantes a palo seco?

Morente.-Están bien. Me gustan una barbaridad, claro. Tanto casi como los otros. Claro que los cantes a palo seco tienen siempre menos dificultad porque no llevan una medida tan exacta como otros. Pero podrían, hacerse todos ellos tan grandes como los otros dos si el que los canta en ese momento se encuentra inspirado. Puede hacerlo por todo lo alto, hacer un mundo grande con los cantes sin guitarra. Porque realmente tienen una atracción grande, unos lamentos que...

A.G.C.-Por ley de contraste: ¿eres buen aficionado a las bulerías?

Morente.-¿Por bulerías? Pues no sé cantarlas. La bulería es otra mentalidad. Ahora que hay quien las canta muy bien además de cantar por siguiriyas y soleares, como es el caso de Antonio Mairena. Es un cante muy difícil. En mi caso, a lo mejor lo canto para bailar , pero no me he dedicado ni le he cogido tanta afición ni tanta fe a este cante como a las soleares, siguiriyas, tarantas, malagueñas...

A.G.C.-Volviendo a tu carrera profesional. Habías dejado tu historia en Madrid. ¿Cuáles fueron tus pasos de ahí en adelante?

Morente.-Pues en Madrid he ido a muchos sitios, pero siempre en el área andaluza. Fuera de España estuve en casi toda Europa, luego en Nueva York, en ocasión de la Feria Internacional. Holanda, Alemania, Austria, Inglaterra... También he estado en el Japón.

A.G.C.-Entre todas tus giras fuera de España ¿dónde crees haber encontrado mejor recepción de tus cantes?

Morente.-Pues pasa una cosa. Desde luego con el grupo que yo iba teníamos un gran éxito en casi todas partes. Bien está que no todo era flamenco puro, pues estábamos organizados orquestalmente, con piano, todas esas cosas. Solamente en la segunda parte, que se bailaba por alegrías y soleares, aparecía algo de cante. Por mi parte, tenía momentos en que debía cantar solo. Eran esos momentos, pues, eran en los que yo podría juzgar la reacción del público. Y, desde luego, el público, la gente, cuando ve a una persona que canta de una forma seria, escucha, sabe escuchar. Yo creo que esto ha ocurrido en casi todos los lados en donde he estado. Pero a pesar de esa reacción general, común, yo creo que en el Japón ocurría algo especial: un silencio respetuoso. y luego la forma en que saben coger las palmas. Es realmente sorprendente.

(continuará)

12/1/07

PERRATE DE UTRERA (y IV)



-Perrate, ¿se canta hoy mejor que antes?

-Hombre, antes, en mi época, se cantaba mejor que ahora. Eramos más puros, porque nos dolíamos cantando. Hoy ponen la mano antes que la boca. A mí me da mucha pena de estas cosas, porque yo me acuerdo lo que han pasao otros cantaores que sabían cantar, como Juaniquín, Mano1ito el de María o el mismo Manuel Torre, que murieron en la miseria... pero yo no me meto con nadie, a mí todos los de ahora me gustan. Claro que los que más me han gustado han sido Juan Talega, Antonio Mairena y mi suegro. Esos han sido las figuras máximas del cante. Hoy no, hoy no hay ninguno que se pueda comparar con estos.

-Hoy los cantaores ya no aprenden de los que saben.

-No, hoy nacen sabiendo.

-Dime nombres de cantaores actuales.

-Hombre, José el de la Tomasa, que canta muy bien; mi sobrino El Lebrijano, aunque le gusta hacer los cantes comerciales más que cantar por soleá y por siguiriyas..., y de aquí, de Utrera, Fernanda, Bernarda y mi sobrino Gaspar.

-¿Hay cantaores que se toman esto a cachondeo?

-Hombre... Marchena, en lo suyo era un fenómeno, pero más de cuatro veces me parece que se tomaba esto a cachondeo... El cante es cosa seria, hay que sentirlo ya mí me merece mucho respeto.

-Hablando de cosas serias, ¿escuchastes cantar a tu suegro?

-Sí, hombre, a Manuel Torre sí lo escuché.

-¿Cómo cantaba?

-Hombre, Manuel Torre fue un cantaor muy completo. Chacón también fue un fenómeno, con otro eco, pero un fenómeno. Ya ves si mi suegro era bueno que Chacón lo llamaba y le pagaba para que le cantara.

-Hablamos de cante y se nos olvida la guitarra..

-La guitarra sí está hoy mucho más arriba que antes, pero el cante no. La guitarra sí ha prosperado muchísimo. Antes los que me gustaban eran el Niño Ricardo, Manolo el de Huelva y Diego el del Gastor, porque casi todo mi tiempo de artista la he pasado con Diego y con mi sobrino Pedro Peña que toca muy bien y muy gitano.

-Si te parece continuamos con el baile.

-Pues mira, en aquella fecha se bailaba mejor que ahora. Antes se utilizaba menos los pies y había más arte, más inspiración. A mí me han gustado la Macarrona, Farruco, que es un fenómeno, y hoy, Manuela Carrasco... Hoy abusan de la técnica porque son bailaoras de academias, y el baile tiene que salir de adentro.

-¿Qué es para Perrate el cante por soleá?

-El cante más puro que hay y el más difícil. Para cantar bien hay que sentirlo y estar a gusto, porque si el cante no se siente no es bueno. El cante no hay que entenderlo, hay que sentirlo.

-¿Qué tipo de bulerias te gustan?

-La bulería corta, la bulería para escuchar. Esta es la más difícil y la más gitana, la que se canta en Utrera y Lebrija, porque en Lebrija también se canta bien por bulerías.

-Hay un tema que se ha puesto de moda, la Llave del Cante. ¿Entregarías ahora la Llave del Cante?

-Yo no. La Llave está bien donde está. Yo no reconozco a ningún cantaor que se la merezca. Para dar la Llave había que nacer uno que hiciera los mismos méritos que Antonio Mairena. ¡Porque no se la pensarán dar a su hermano Manuel! ¿no?

-¿Cómo se explica que siendo Manuel Torre un cantaor completo y el que más duende tenía, le entregara la segunda Llave del Cante a Manuel Vallejo?

-Hombre, es que la Llave no tenía ningún valor. La de Antonio Mairena tampoco tenía valor hasta que él demostró que era el mejor. Ya te puedes figurar si le dan en Córdoba la Llave al Platero de Alcalá. Aquella noche estuvo bien, pero no a la altura de Antonio Mairena. Antonio es el que ha dejado grabado lo mejor del cante, ha sido el más completo de la historia.

-Perrate, cuéntame algunas anécdotas.

-No me acuerdo, no ves que no estoy... Ah, sí, en tu pueblo, en Ecija, gané un concurso. Allí estuvimos Diego el del Gastor, Juan Montoya (hermano de Enrique Montoya), que nos partimos el premio a medias porque estábamos «canino»; también Juan Mairena y uno jovencillo que cantaba muy bien, Paco el Clavero. Eso lo organizó Curro Torres; hace ya más de treinta años... A mí me ha pasado siempre una cosa, y es que cuando me acostaba, pues llegaban a lo mejor a las cuatro de la mañana para que fuera a una fiesta a cantar, y siempre me cogía bien. Esa es una virtud que yo he tenido. A la hora que me llamaran siempre cantaba bien... Aquí había un gitano que se llamaba Vicente y era tratante de bestias. Cuando se emborrachaba de coñac nos llamaba a Enrique Montoya y a mí, y ponía dos vasos en la mesa, llenos de coñac, y hacía que nos lo bebiéramos. Así un vaso y otro, hasta que nos poníamos a la altura de él, entonces empezábamos a cantarle... Todas estas cosas se acabaron con la enfermedad.

-Por cierto, ¿cuándo te vino la enfermedad?

-De eso hace dieciséis años, yo tenía cicuenta y cuatro... Que me operé de la cervical, de la cabeza, sin tenerme que operar, y me tocarían en otra parte del cerebro y me dejaron inválido. Mis hijos me dicen que no me tenía que haber operado, pero como me dolía la cabeza y cojeaba de la pierna derecha... Yo estaba bien. El día que fui a operarme fui andando, perdí la empresa y hasta iba casi corriendo para coger un coche para que me llevara al hospital. Yo no me sentía tan mal, pero me vino esto poco a poco... y después de la operación ya me dejaron inválido del todo. Así llevo dieciséis años, aquí sentado y sin poder cantar que es mi pena.

-Eso es triste, Perrate.

-Sí que lo es, hijo mío. Eso quien lo sabe soy yo, que estoy viendo cómo se me acaba la vida sentado detrás de la puerta. Pero me alivio cantando por dentro y pensando que todo el mundo habla bien de mí. Al menos esa satisfacción sí la tengo.

-¿Llegará a contemplar Perrate la Seguridad Social para los artistas flamencos?

-Qué se yo, hijo mío. Yo creo que no, yo ya he perdido la esperanza. Menos mal que los señores de la ITEAF no la pierden.

-¿Qué le pide Perrate a la vida?

-Que me arrecoja Dios antes de que me ponga peor. ¿Qué adelanto yo así, si soy un peso para mi familia?

10/1/07

PERRATE DE UTRERA (III)

-¿En qué situación económica se encuentra Perrate?

-Muy mala, hijo mío. No cobro nada, tengo los tres hijos solteros parados y todos dependemos de unas papeletas de inválido que vende mi mujer. Si las vende, comemos, si no, aquí estoy viendo pasar la vida, sin poder moverme, en este sillón. Esto es muy amargo, muy triste... Cuando las papeletas no se venden, lo único que tenemos es la ayuda de mis hijos casados. y aquí estoy yo, todo el día sentado sin poder hacer nada. Nada más que hago fumar, pero no me trago el humo.


-¿Se considera Perrate un hombre con mala suerte?

-Yo toda la vida de Dios he tenido mala suerte. Nunca me ha protegido Dios.

-Y amigos, ¿has tenido muchos?

-Eso sí, todos los artistas me aprecian, de eso no me puedo quejar. Cuando me ofrecieron el homenaje en Utrera todos los artistas se ofrecieron. Eso fue en septiembre de 1976.

-¿Cuántos homenajes se le han dado a Perrate para mitigar su penuria económica?

-Homenajes me han hecho en toda mi vida dos. Uno en Utrera, el que te he contado, donde se perdieron los dineros, pero me dieron once mil pesetas...

-¿Eso fue con motivo de un Potaje Gitano?

-No -contesta su hijo Gaspar-, a mi padre nunca lo han homenajeado en el Potaje, porque, en Utrera, para los homenajes, buscan la comercialidad, aunque el artista homenajeado venga cobrando cuarenta mil duros. Los de la hermandad son muy interesados en asuntos de dinero... Al parecer, no tiene Perrate la suficiente categoría como para que le den un homenaje. Como puedes comprobar, cualquier pueblo se sentiría orgulloso, pero en Utrera falta afición, conocimientos y además, que aquí gusta poco el cante gitano. Utrera está viviendo de la historia pasada, de recuerdos... En Utrera, de cuarenta años para abajo, ya no hay afición. Esto lo publicó una vez Diego Chamona, el hermano de Bambino y hoy lo cuento yo.

-Gaspar, ¿no te duelen prendas cuando dices esto?

-No. No, porque por desgracia es así. A mí me gustaría que Utrera fuese un pueblo muy flamenco, que le gustara este arte, pero lamentablemente no es así.

-Vamos a centrar el tema, Gaspar; ¿por qué los flamencos que quedan en Utrera no han demandado ya un justo y merecido homenaje a tu padre?

-Pues te lo voy a decir. Porque los organizadores no han visto, con este homenaje, que sea comercial. Ellos no han creído que Perrate sea taquillero. Yo he sido organizador y he observado en la expresión de los demás que Perrate no tiene gancho para el Potaje.

-Por favor, ¿que Perrate no tiene gancho para la afición?

-Esto no me lo han dicho, pero lo intuyo.

-En fin, de opiniones equivocadas y de comercios Dios nos libre. Perrate, el segundo homenaje tuvo lugar el pasado año, concretamente en el mes de abril, dentro de la Semana Cultural que organizó la Tertulia Flamenca de «El Pozo de las Penas», de Los Palacios, y que yo tuve el honor de conferenciar en su apertura.

-Hombre, se portaron muy bien conmigo. Esto no se me olvida. Con el dinero que me dieron pude tirar unos días... Naranjito no se presentó y lo que me dolió fue que mi sobrino El Lebrijano tampoco se presentara, pero la vida es así... Los únicos que se acuerdan de nosotros son los señores de la ITEAF, nos dan calor, cariño y nos quitan el hambre de encima. Yo estoy muy agradecido de estos señores. Conmigo se han portado muy bien. A mí, como estoy inválido y no puedo subir las escaleras, me hicieron un servicio aquí abajo.

-Vamos a continuar con Utrera. ¿Qué papel cumple Utrera como localidad eminentemente cantaora?

-Hombre, Utrera tiene un papel muy importante, porqué de aquí hemos salido buenos artistas.

-¿Qué cantes aporta Utrera al abanico flamenco?

-Hombre, más que nada la soleá, empezando porque la Sarneta no nació en Utrera pero se crió aquí y aquí convivió, y el cante de la Sarneta es un cante grande. También el cante de Juaniquín lleva el sello de Utrera y el cante de Benito el de Pinini... Pero para buscar las raíces hay que irse a la Sarneta.

-¿Y dónde buscamos el cante por cantiñas al aire de Utrera?

-Para eso hay que irse a Rosario la del Colorao y a Pinini.

-Pero lo curioso de todo esto es que ni la Serneta ni Pinini son nativos de esta bendita tierra.

-No, pero Utrera tiene ese don del duende gitano que sobresale de otras tierras.

-¿Conocistes a Rosario la del Colorao?

-Sí, hombre. Cantaba superior. Más que nada lo que ejecutaba eran las alegrías y las cantiñas de Cai. También cantaba por bulerías un poquito, pero su fuerte eran las alegrías.

-¿Qué me dices de Pinini?

-Hombre, a Pinini, aunque yo era chico, llegué a Conocerlo. En aquel tiempo había aquí en Utrera muchos gitanos graciosos y formaban una fiesta en la calle Nueva..., pero hoy ya se ha perdido eso. Aquellos eran más graciosos que los de hoy. Hoy todo el mundo quiere ser artista comercial y ganar dinero, y en aquel tiempo cantaban y bailaban de balde.

-¿Ha sido Utrera cariñosa con Perrate?

-Sí que ha sido, yo no me puedo quejar.

-¿Merece Perrate que se le rotule con su nombre una calle de Utrera?

-Hombre, a Enrique Montoya se la han puesto, pero yo creo que antes que a mí se la pondrán a Fernanda y Bernarda que han recorrío más mundo que yo. Ellas han ido al extranjero y yo no he ido.

(continuará)

9/1/07

PERRATE DE UTRERA (II)

-¿Cómo comienza la trayectoria artística de Perrate?

-Mira, como te he dicho, yo fui sillero hasta que casi me fui a la mili, y cantaba siempre en la familia, pero con diez años ya canté para el público en un café cantante que había en Utrera y que se llamaba el Cruzal. Me dieron un duro y con ese dinero comía una familia en aquel tiempo... Luego gané un concurso en un circo que hubo aquí, que le llamaban el circo Bolsa, y hubo un concurso de aficionados y me dieron cinco duros de premio, todo en calderilla, y ya ves como sería yo de chico que tuvo que venir un municipal conmigo a mi casa, para acompañarme, no me fueran a quitar el dinero. Entonces tenía yo once años... Luego ya empecé en los bautizos, en las fiestas y en los casamientos hasta que fui mayor.

-¿Qué ocurrió después?

-Bueno, me fui al servicio militar. Yo soy de la quinta el 36 y lo hice en Algeciras y en la guerra, porque estuve treinta y dos meses sirviendo en la guerra... y ya de mayor me fui a Sevilla, al Guajiro. Para esto me llamó Pulpón que ya me había escuchado cantar en Sevilla, a los señoritos, y me metió en el Guajiro. Allí estaban Chocolate, Matilde Coral, su hermana Pepa, Trini España, Farruco y unos cuantos gitanos más que eran canasteros y que bailaban y cantaban. Allí cobraba treinta duros.

-Y de Sevilla a Madrid.

-Sí. Después del Guajiro me fui a Madrid, al Duende, a la sala de Gitanillo de Triana, donde estuve dos meses ganando cincuenta duros, y luego estuve otros dos meses en el Califa ganando quinientas pesetas. Yo entonces cantaba para bailar y podía salír adelante con lo que cobraba en las fiestas, que eran dos o tres mil pesetas.

-Hoy, con el precio que tienen los artistas, es dificil la fiesta.

-Y más difícil con el precio que han cogido las bebidas.

-¿Es importante forjarse en el cante para bailar?

-Hombre, ya lo creo. Ahí tienes que llevar el compás a la fuerza y además no te puedes salir del ritmo del baile. Sin embargo, hoy salen los cantaores que no saben ni atrás ni alante, y tienen nombre.

-De Madrid te vienes a Utrera.

-Sí, me vine a Utrera y empecé a vivir de las fiestas y a hacer la Feria de Sevilla.

-¿Qué cantaores recuerdas de aquella época?

-Hombre, Juan Talega, Antonio Mairena, Diego el de la Gloria..., qué gracioso era, le gustaba más un cigarro que a mí. En aquella fecha había mucho arte, y Diego era un gitano que estaba sembrao... También estaba Juan Mairena, que venía mucho por Utrera porque le hablaba a una gitanilla de aquí, pero no era como Antonio, era muy raro, no era abierto de genio, sin embargo cantaba muy bien por bulerías y por tangos... y su hermano Francisco también cantaba muy bien.

-¿Cuándo comienzan los festivales para Perrate?

-En el primer Potaje Gitano de Utrera.

-¿Ha ganado Perrate dinero con los festivales?

-No, porque en mis tiempos de cantaor todavía no se cotizaban los artistas como se cotizan hoy.

-Eso quiere decir que los actuales pueden darle gracias a Dios de lo que tienen.

-Sí, hoy pueden darle gracias a Dios. Yo me alegro de que hoy ganen dinero.

-¿A qué es debido que los festivales no se cierren cantando por tonás?

-Porque eso no hay quien lo aguante. El pú'blico no lo aguanta y, además, hay muy pocos que canten bien por martinetes.

-¿No será que hay que encaminar todos los esfuerzos para educar, flamencamente hablando, al público?

-Es que el público no se quiere enseñar. De mil personas que entren en un festival, sólo veinte van a escuchar, los demás van porque viste bien eso de ir a un festival.

-¿y no será que hay quienes se oponen a que el público aprenda?

-No, no creo.

-Si el público, en general, tuviese una adecuada formación flamenca, ¿no crees que algunos de los que están arriba tendrían que cambiar de profesión?

-Claro que sí, porque el que más cobra no es el que mejor canta... Yo lo diría al revés -interviene su hijo Gaspar-, por lo general, el que menos cobra es el que más canta.

-¿Cómo comienza la trayectoria artística de Perrate? -Perrate, pocas grabaciones nos has dejado.

-Bueno, la del Archivo del Cante Flamenco, de Vergara, y un disco grande que hicimos en Madrid, «Potaje Gitano de Utrera», con la casa Hispavox. En éste me tocó la guitarra de Juan Habichuela.

-¿Reflejan estas grabaciones la auténtica dimensión cantaora que en ti se encerraba?

-No, los discos no me hacen justicia, porque cuando grabé ya me perseguían los males que ahora tengo. No estoy satisfecho, esa no es mi imagen de cantaor, ni siquiera un cincuenta por ciento.

-¿Cuántos años ha estado cantando Perrate?

-Por la menos cincuenta años.

-Y después de cincuenta años, ¿qué te ha quedado?

-Nada, sólo el nombre, porque ni siquiera he sacado para llevar a mi familia adelante.

-Perrate no tiene Seguridad Social.

-Yo no, porque como no he trabajado y los cantaores parece que no somos trabajaores... Siempre hemos estado muy mal vistos.

-Pero Perrate ya no puede cantar.

-No, pero aunque no cante para afuera, canto para adentro. De noche siempre canto. Para mí es muy importante cantar, ese es mi alimento diario.

(continuará)