29/1/07

DIEGO CLAVEL (I)



(publicado en CANDIL nº 18, noviembre-diciembre 1981)

-Diego, ¿de dónde viene tu afición tremenda?

No, yo no tengo ningún antecedente cantaor en mi familia. Siempre digo que la raíz cantaora de mi casa la he iniciado yo. Mi madre, eso sí, cantaba; pero cantaba como cualquier persona. Si quieres te digo más: en mi pueblo, en La Puebla, no ha habío cantaores de renombre. Se habla de un tal Gallardo que, dicen, cantaba mu bien. Yo lo conocí, pero era cuando no estaba interesado por el cante, ni ná, porque yo era muy joven.

Te puedo decir que me inicié formando parte de un grupo de campanilleros, en el que yo hacía los solos. Oye, ¿sabes? , en La Puebla siempre hubo grupos de campanilleros que cantaban mu requetebién. Bueno, pues en ese grupo se vió que yo destacaba un poquito porque, la verdad, se nace con el cante, que este no se aprende; se aprenden los estilos y los palos, pero el cante no se aprende se nace con él dentro.

-Tú surgiste en el Concurso de Mairena...

¡Bueno! antes de presentarme en Mairena, ya me había presentao a otros de por la parte de Córdoba. Al primer concurso que fuí fue a uno de Cabra, que me tuvieron que arrastrar mis hermanos porque yo he sido siempre mu corto de espíritu. ¡mu cortísimo!; por eso nunca he querío dedicarme al cante, eso te lo puedes creer. Mira, si yo hubiese sido un buen albañil... ¡Cuánto me hubiera gustao y cuánto daría por ser un buen albañil! Lo que pasa es que era un albañil mu malo, mu torpe, vamos, que aquello no me entraba a mí en la cabeza; si hubiese sío al revés, yo sería hoy un buen albañil en vez de un cantaor. Nunca he querío dedicarme a esto; pero hoy me entrego al cante con toa la fuerza de mi alma y mis entrañas.

El caso es que mis hermanos se compraron un R-8 pa llevarme y traerme. ..Volviendo a lo de Cabra, me hicieron una prueba y me seleccionaron para la final; yo me ilusioné un poquito porque me dieron el tercer premio, aunque la verdad, hubo protestas favorables a mí porque consideraban que debía haber quedado en mejor lugar. Total, que aquello me gustó ya un poquito, aunque todavía tenían mis hermanos que seguir arrastrándome.

Volví otro año a Cabra, pero no me seleccionaron para la final. Fíjate lo que son las cosas, ese mismo año me presenté en Mairena al grupo de siguiriyas y martinetes y me llevé el premio. En aquellos años ganar el concurso de Mairena era lo máximo para un aficionado; prueba de ello es que de allí salió Camarón, Meneses... vamos, que ha salío mu buena gente de allí. El año que yo lo gané, Calixto ganó el de malagueñas.

-Después vinieron tus grabaciones con las letras éticas y de testimonio político de Caballero Bonald.

Bueno, a raiz de que yo ganara el premio de Mairena, Moreno Galván me llevó a Madrid; si Paco no me hubiera llevado a Madrid, quizá, yo estaría todavía en La Puebla. Con él -tu sabes que Moreno Galván hacía letras políticas- grabé dos discos chiquitos en RCA; luego me pasé a Ariola y allí quien llevaba el flamenco era Caballero Bonald, que dijo a Galván que si me hacía algunas letras y este le dijo que sí. Y así salió el disco que dices, que sí, que eran un poco políticas las letras. Pero hay un cante, que es la caña, que la letra la hice yo personalmente.

-Entonces, desde tus inicios has venido escribiendo tus propias letras.

No, solamente aquella. Después he empezao a cantar mis letras. Concretamente, en el disco «Encuentros» hay cinco cantes con letras mías; también en el último todos los cantes tienen mis letras.

-Generalmente, y porque te lo piden, realizas el cambio de Manuel Molina. Creo que se puede decir sin riesgo de equivocarse que, tras Manuel Vallejo, has sido quien más ha revalorizado este cambio. ¿Cómo surgió esto en tí?

A este cante yo no lo conocía como de Manuel Molina. Este cante se lo escuché a Antonio Mairena y Antonio lo hacía sin ligarlo tanto como Vallejo. Entonces yo le dije a Francisco: «Francisco, yo puedo hacer este cante too seguío». Y él me dijo que sí, que lo hiciera si podía. Y todo esto sin habérselo yo escuchao a Vallejo. Y resulta que lo ligué por mi cuenta y parece que esto lo he reinventao yo. No el cante, sino la forma, que yo, como te he dicho. sólo había escuchao de esa manera en Mairena; luego fue cuando escuché a Vallejo.

Y luego tengo críticas que dicen que yo lo alargo mucho. etc. etc. Pero lo cierto es que este cante ha vuelto a tener auge desde que yo lo hice en Mairena y tengo que reconocer, que este cante ha sio el que me ha dao el poquito nombre que tengo. Lo que me fastidia un poco es que sólo me pidan ese cante. Mira, cuando me dicen «¡Clavel, por siguiriyas!», me están pidiendo el cambio Y, ¡hombre!, yo también hago otros cantes y estos no me los piden.

-Pero no deja de ser un halago.

Si, claro. Pero también hago otros cantes, ea,

-Y mientras, los críticos diciendo que te encasillas.

Bueno, el tema de los críticos es otro y de esto prefiero casi no hablar. Porque a veces, se hacen críticas sin saber de cante y eso no es así; vamos, que ya está bien. Yo respeto a los críticos que son eso, críticos. Yo agradezco tanto una critica buena o mala que, a veces, también nos la merecemos... Pero, para mí, los críticos lo primero que tienen es que saber de cante; después, escuchar imparcialmente al cantaor y, tras esa escucha, realizar su crítica. que pa eso están.

-¿Qué me dices de los cantes comerciales?

Hombre, ahora que me mientas eso, yo no sé cómo la gente realiza comentarios. Fíjate, porque en mi último disco he metío unos fandangos de Huelva ya se ha dicho que son comerciales... Bueno, ¡Pués yo no lo creo así!. Porque yo me he ido al que creo que los realizó siempre con mucho corazón y pundonor, a Paquito Toronjo. También, por hacer esto, se me ha dicho que he perdío mi línea. Y te sigo diciendo que esto no es así; porque los fandangos de Huelva tienen su calidad y estando bien hechos, pueden ser tan grandes como cualquier otro. ¡¡¡Y no son comerciales!!!

-Diego, ¿crees que en flamenco caben otros instrumentos musicales?

¡Oée! Tendrá cabida para otros, a mí eso no me va. Quién lo haga, bien hecho está, ¡claro!, para él. A mí, sacándome de la guitarra, que no me busquen en otro sitio. Yo no pueo querer más que a la guitarra.

-¿Qué opinión te merecen las casas grabadoras? ¿Malean a los cantaores incitándoles a que hagan cantes comerciales?

No sé qué decirte. Por mi propia experiencia no puedo decir que si, quizás sea porque yo me he marcao siempre una línea mu seria pa mis cantes. ¡ea!, que no sé andar por otro sitio. Además, mi experiencia en casas grabadoras no ha sío mu buena, que he tenío bastante mala suerte. Puede que haya fallao la promoción, que haya fallao yo, que no lo creo porque hago festivales y bastantes actuaciones en las peñas. Lo que sí puedo decirte es que a las casas grabadoras lo que le va son los cantes que no tengan mucha complicación a la hora de escucharlos Y así, cualquiera que esté trabajando o haciendo cualquier cosa, pueda escucharlos sin profundizar; pero al cante, como tu sabes, hay que dedicarle mucha atención y, lo que es más importante, una atención especial.

(continuará)

No hay comentarios: