2/1/07

PEPE DE LA MATRONA (y II)

¿Conoció la inauguración de « Los Gabrieles»?

De estos de ahora sí, la anterior instalación, frente a la que hoy es la puerta falsa del Teatro Español, no. Estaba «Los Gabrieles», en dónde hoy la taberna «Viva Madrid», o en la casa inmediata. Cuando yo llegué a Madrid estaba ya de encargado Adrián Quijano. Allí canté y en «Fornos» y en «Los Burgaleses», hasta que pasé a «Villa Rosa».

¿«El Café del Brillante»?

Fue anterior, no lo conocí, en su época había otro en la calle Arlabán, según me contaron. Sí, conocí el de la calle de Echegaray, que luego le decían el «Café de la Viuda», que se lo traspasó la Igorrota a la Viuda y esta lo trasladó a la calle del Gato, al que vine en principio a cantar. Este café de la calle del Gato lo inauguró el Cojo y el Pena padre.

Entonces, ¿su vida de artista ha estado siempre circunscrita al café cantante y al «colmao»?

Sí, cuarenta y tantos años sin cantar nada más que en juerga, hasta que surgió grabar la primera Antología, y Vicente Escudero me propuso ir a París con su Compañía. Fuí a Francia y tuve suerte, luego América, en Norteamérica estuve en diez «estaos», después toda Europa; AIemania cinco veces, Holanda otras tantas, Bélgica, Austria, Italia, Inglaterra, Francia. En París grabé en dos casas, en Le chant du monde y en la Boite a musique. Luego vine aquí y aquí estoy otra vez, «avecindao» en Madrid. Cuando me llaman para una fiesta y me conviene, pues acepto. y cuando no me conviene me disculpo.

¿Recuerda alguna anécdota, alguna efémerides con emoción especial?

En Hamburgo fue mi última actuación con el grupo que iba dando recitales. Eran las once de la mañana y me había «acostao» a las cinco. ¿Cómo voy a cantar? si me acababa de levantar. Ya había «pasao» por Hamburgo unas seis veces. Antes de que levantaran el telón «pa» salir yo cantando, uno de los acomodadores puso la silla y mi guitarra en el escenario, y al abrirse las cortinas, a la guitarra allí sola, le dieron una ovación, y dije yo, ¿será posible esto? iA la guitarra. señores! Me quedé emocionado. Ha sido la única vez que he «llorao» de verdad, de verdad. Y canté, y por mis nietos, que abrieron veinte veces las cortinas, ¡a las once de la mañana!; y el telón de acero, que no lo abren «na» más que en contadas ocasiones, me lo abrieron tres veces «pa» arriba. Subían las gentes por las candeleras, las familias enteras, llorando por la cara abajo. Yo no he visto emoción más grande «pa» mí, estaba «asustao», ¿esto que es? , me van a quitar «toa» la ropa y me voy a tener que ir en cueros «pa» España!

"No te compro mas camisas
porque yo no visto altares
pa que otros digan misa"

Jose Núñez (Pepe de la Matrona)

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