12/4/07

CARMEN LINARES (I)

(entrevista publicada en CANDIL nº 28, julio agosto 1983)

-¿Cómo fueron tus comienzos en el flamenco?

-El flamenco lo he vivido desde pequeña, siempre me ha gustado. Además, que mi padre tocaba la guitarra, como aficionado, nunca se hizo profesional, en mi casa se escuchaba mucho flamenco y claro, yo siempre estaba muy atenta. También he escuchao a bastante gente importante cantar y he procurado aprender de todos. Luego mi padre me animaba a que cantara acompañándome él a la guitarra.

-¿Tus inicios fueron en Linares?

-No. Mis inicios fueron en Madrid. De Linares sólo tengo los recuerdos de niña, pero en Madrid fue donde conocí a muchos cantaores, entonces me entró el gusanillo y desde entonces estoy cantando.

-¿De todos esos cantaores que conocistes, quién te impresionó más?

-Sin duda Pepe el de la Matrona. Porque tenía una enorme personalidad, era un hombre que a mí me cautivaba. Escucharlo hablar era una delicia y llegué a tener bastante amistad con él; siempre me aconsejaba y aprendí bastante de sus consejos.

-Sin embargo, vemos que tú no haces los cantes de Pepe de la Matrona.

-Bueno, siempre he procurado aprender de todos, porque en Madrid estaban la crema y nata de los cantaores. Tuve relación con Pericón, con Rafael Romero, con Enrique Morente, Juan Varea, etc., y de todos he procurado asimilar algo. En aquella época había un gran ambiente flamenco en Madrid.

-¿Y actualmente, qué ambiente existe en el Madrid flamenco?

-En Madrid siempre hay buen ambiente flamenco, porque gran número de artistas viven allí, puesto que es donde más fácil puedes proyectarte; lo que pasa es que la crisis económica afecta a todo, y cómo no, a la vida nocturna, por eso ahora los tablaos contratan menos artistas. El ambiente ahora es más de peñas.

-El público madrileño ¿qué tal es?

El público de Madrid es maravilloso. Además, que los que están relacionados con el flamenco, son bastante entendidos y acuden de forma masiva. Claro, Madrid es muy grande y hay público para todo; si organizan un Festival Flamenco en un recinto, por grande que sea este, se llena. Además es un público exigente, que sabe distinguir cuando se le da calidad o no.

-Suponemos que como otros muchos artistas, tú habrás escuchado en discos de pizarra a los grandes maestros de principio de siglo. ¿ Cuál de ellos te ha llegado más?

-Han sido varios los que me han llegado. Chacón, por ejemplo, para mí, era un artista de una categoría extraordinaria, un cantaor muy completo. Al principio me costó trabajo conectar con su cante, por esa voz que tenía, que es una voz que no entra. Luego, cuanto más he escuchado sus grabaciones más me ha gustado.

Luego, otro artista que me ha impresionado muchísimo ha sido Tomás Pavón, éste ha sido uno de los más grandes cantaores que ha habido. También me ha gustado siempre Pastora, que era otro genio. Yo siempre procuro hacer los cantes de estos grandes artistas.

-Sin tener en cuenta a los intérpretes, ¿cuándo crees tú que se cantaba mejor, antes o ahora?

-Mira, yo pienso que en la vida todo cambia, la gente cambia, cambian los gustos. Desde luego se canta de otra manera, no sé si es mejor o peor, simplemente de otra manera. Antes había grandes artistas y ahora también los hay. Lo que pasa es que las corrientes cambian, pero luego vuelven otra vez a su sitio. Yo particularmente opino que hay que hacer cosas nuevas, si no, nos estancamos y estamos siempre en el mismo sitio. Siempre se han hecho cosas nuevas, las que han tenido calidad han perdurado y las que no se han olvidado, esto pasará siempre.

-Entonces, ¿tú estás de acuerdo con esos espectáculos que podíamos llamar pseudoflamencos?

-Yo he visto varios espectáculos de estos y unos me han gustado y otros no. Por ejemplo: he visto Macama Jonda y me ha parecido una cosa interesante, por qué no se va fundir la música árabe con el flamenco y tratar de ver lo que tienen en común, que para mí tienen muchas cosas. A mí, de este espectáculo me impresionó el encuentro de Enrique Morente y el Chekara, esas Jaberas me gustaron muchísimo. Porque hay que ver cómo canta el árabe. Por lo tanto, todas las evoluciones que se hagan bien y con honestidad, bienvenidas sean, luego el tiempo se encargará de decir lo que es bueno y lo que es malo.

-Nosotros pensamos que la posible evolución del flamenco puede ir por ese camino, siempre que se haga con honradez. Según tenemos entendido tú has estado implicada en algún intento de estos. ¿Qué nos dices al respecto?

-No. No es que haya estado enteramente implicada. Lo que ocurre es que yo he estado trabajando con Enrique Morente en el Café de Chinitas más de un año. Eramos un grupo y el flamenco que hacíamos es el que normalmente se canta en los tablaos; hicimos un homenaje a Manuel Machado y las letras que cantábamos eran de él, pero los cantes que decíamos eran soleá, siguiriya, etc. Por lo tanto podemos decir que era un espectáculo enteramente flamento. Esta fue una experiencia; la otra fue una obra de teatro de la que Enrique Morente hizo la música, que fue la Recogía del Beaterio de Santa María Egipciaca, en la cual Enrique era el que nos dirigía. Solamente estas han sido mis experiencias en este tipo de espectáculos y conste que no me importaría, en absoluto, volver a hacer algo de esto con Enrique Morente.

-Ahora que hablas de esto. Con frecuencia, vemos que Enrique Morente está teniendo últimamente bastante crítica en la que se le acusa de desviacionismo más que de evolución del flamenco. ¿ Tú qué opinas?

-Mira, yo creo que Enrique evoluciona, no desvía. Enrique, para mí, es un cantaor perfectamente válido para hacer cosas nuevas, porque es un cantaor con mucha base. Yo pienso que para evolucionar en el flamenco, primero tienes que saber lo que hay establecido ya, y él lo sabe perfectamente. He conocido pocos cantaores con la base que tiene Enrique. Por lo tanto creo que tiene derecho a hacer cosas nuevas. Claro, el que no arriesga, no se equivoca y Morente ha arriesgado y algunas veces se ha equivocado. Pero no hay que criticar sólo los errores, también hay que decir lo bueno.

(continuará)

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