18/3/07
ANTONIO FERNANDEZ "FOSFORITO" (V)
FOSFORITO: GENIO CONTEMPORANEO DEL CANTE FLAMENCO EVOLUCIONISTA
J. A. Pérez-Bustamante de Monasterio
Mucho y casi todo muy bueno se ha escrito ya sobre ese gran cantaor ponteño que es Antonio Fernández Díaz, popularmente conocido con el sobrenombre artístico de «Fosforito», cuyo arte se impuso de manera imparable, arrolladora, desde 1956, como vencedor que fue en el «I Concurso Nacional de Cante Jondo», celebrado en Córdoba por iniciativa de su Excmo. Ayuntamiento, en noble y muy dura competencia con los más destacados cantaores del momento. Tanto se ha escrito y dicho en las últimas décadas sobre «Fosforito» que no resulta fácil en este momento aportar demasiadas cosas nuevas, originales, sobre tan sobresaliente figura del Cante; preferible resultará realizar una somera síntesis de las principales características y rasgos artísticos que adornan a tan excelente cantaor, que no por ser payo deja de tener cabida dentro del sagrado marco en el que cabe encuadrar a los mejores cantaores que han dado cerca de dos siglos de historia del Flamenco.
Aspectos fundamentales del arte cantaor de «Fosforito» subyacen en su inconfundible voz, en su peculiar estilo de decir el cante, en su enciclopedismo cantaor polifacético y en su ocasional «heterodoxia» interpretativa, que lejos de atentar contra moldes y normas «clásicas», tradicionales, del Cante, le convierten en un claro innovador, actualizando de modo muy deseable viejos patrones y moldes cantaores, por lo demás dignísimos, de los que un buen artista no debe de apartarse, salvo en las formas interpretativas, siempre impresoras en el cantaor de un marchamo de personalidad, que evitan la de otra manera inevitable fosilización del Cante. En resumen, aparte de otras virtudes necesarias, la fundamental para que un cantaor pase verdaderamente a la dorada historia del Cante, es que tenga suficiente personalidad artística propia. Esto siempre ha sido así y continuará siéndolo, ya que no se concibe ningún tipo de manifestación artística fosilizada en su historia, por brillante que ella sea. Si hay algo que nadie le niega a «Fosforito», aparte de lo mucho y lo bien que canta, es que se trata de un artista de auténtica personalidad, marcador de época y estilo. Por supuesto que en este aspecto «Fosforito» no es el único ejemplo de cantaor evolutivo, pero es uno de los evolucionistas actuales y, además, es uno de los más destacables y desde luego, de los más interesantes, por no incurrir en la subjetividad del calificativo absoluto del que más, pues sabido es que en el arte no existen absolutos, considerando la inmensidad de facetas y factores que confluyen en la complejidad de toda creación artística, por lo demás siempre abierta al subjetivismo de los gustos personales del receptor de todo mensaje artístico.
La personalidad del arte de «Fosforito», que de esto intentamos hablar , ha constituido el objeto de estudio y de muy favorables comentarios y apreciaciones por parte de la mayoría de los más acreditados aficionados, conocedores del Cante y así llamados, «flamencólogos», que no han regateado elogios y comentarios favorables al buen «decir» de este cantaor cordobés, que sólo ha conocido el triunfo después de su sorprendente éxito de 1956. No podemos entrar aquí en excesivos detalles sobre tales comentarios y opiniones, bástenos con relacionar su elogio con las opiniones que sobre su arte han vertido escritores entendidos de la talla de sus paisanos Ricardo Molina o Pablo García Baena, el argentino maestro de la pluma González Climent, el mexicano reivindicador del arte flamenco de los payos Camacho Galindo, su autoritario y autorizado colega cantaor Antonio Mairena y... tantos y tantos más, que harían esta relación interminable.
(continuará)
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