25/2/07

JOSE EL DE LA TOMASA (y III)

-Volviendo a tu disco «Vereas Negras». Hemos notado que en tu recorrido por los cantes de las distintas zonas andaluzas, te dejas fuera a Jaén.

-No. Verás lo que pasó. Resulta que tenía preparadas dos letras por Tarantas de Linares, pero a la hora de grabar, la casa me dijo que no podían ir doce cantes, que hiciera diez, pero ya te digo que las Tarantas las tengo escritas.

-José, ¿cómo ves tú el mundo de la guitarra flamenca? ¿No crees que entre la gente joven ha crecido más la afición a la guitarra que al cante, y que estos jóvenes se preocupan más de hacer solos de guitarra que acompañar a un cantaor?

-Es que esto es una forma de evadirse ellos. Se evaden de esta forma, porque no saben tocar pa cantar. Es que tocar pa cantar es más difícil; hoy en esto se ha creao un círculo, porque to los chavales que empiezan tocan por Paco de Lucía. Paco, según la gente es un fenómeno, yo me sigo quedando con los que tocan pa cantar y los verdaderamente flamencos, como pueden ser: Juan «Habichuela», Pedro Bacan, Pedro Peña, Eduardo de la Malena, «Niño Ricardo».

-¿ Te llegan más los ecos de Triana o los de Jerez?

-Los de Triana. Quizá me lleguen más directos los de J erez, pero yo me identifico más con el cante de Triana. El cante de Triana, sus cadencias me vienen mejor. No obstante los de Jerez también me viene bien, porque como ya he dicho me vienen de una raíz directa.

-José, ¿a tu padre por qué le dicen «Pies de Plomo»?

-Verás; resulta que a mi abuelo PEPE TORRE le gustaban mucho los gallos de pelea, y un día, cuando mi padre le hablaba a mi madre, subió a la azotea donde estaba mi abuela con los gallos, entonces mi padre sin darse cuenta pisó un gallo, y mi abuela le dijo ¡lo pisastes, Pies de Plomo! desde entonces se quedó con «Pies de Plomo».

-¿Qué opinas de la llave del cante?

-Ahora mismo no hay nadie que pueda llevar la llave. Yo pienso que Antonio la llevó con mucha dignidad.

-¿Incluso mejor que Vallejo y «El Nitri»?

-Yo al «Nitri» no lo conocí, a Vallejo sí, y para mí la de Mairena estuvo mejor concedida, con todos mis respetos a Vallejo y a los seguidores de Vallejo.

Respecto a este tema de la llave, yo hice una letra que dice:

Están buscando la llave
cuando las puertas del cante
ni se cierran ni se abren

-¿Cómo ves tú el futuro del flamenco?


-Si yo no muero bien. Bueno, hablando en serio, si hay gente que sepa manejarlo y en los ayuntamientos hay un componente cultural -que no vaya a comerse todo lo de la cultura- creo que el flamenco puede ir en alza. Pero si te meten a un concejal de Cultura que no tiene ni idea de eso, puede dejarse influenciar a la hora de hacer un festival.

-¿Tú crees que esto deben de hacerlo los ayuntamientos o las peñas?

-Hombre, yo creo que el flamenco debe de manejarlo las peñas, lo que ocurre, es que por ejemplo: una peña hace un Festival y hace quinientas mil pesetas de taquilla, entonces le dice a los artistas: ¡esto es lo que hay! y tenemos que cobrar lo que venga bien. Esto con los ayuntamientos no pasa, porque cuando un ayuntamiento organiza un Festival, ya sabes seguro lo que vas a cobrar.

-Con frecuencia vemos que se hacen festivales -quizás por miedo al fracaso económico- donde contratan a cantaores que abusan de los Fandangos. Teniendo en cuenta que la Opereta Flamenca comenzó, precisamente, cuando más Fandangos se cantaban.

-Mira, yo tengo cuatro hijos y tengo que darles de comer. Si a mí en to 1os Festivales, la gente me escuchara por Siguiriyas y me dijeran: vas a venir el año que viene por la siguiriya que has cantao, yo cantaría siguiriyas.
Pero el Fandango si se canta bien y lleva un contenido poético, bello, es muy bonito. Porque es la carta más directa al pueblo. Lo que no se puede consentir es lo que hacen con el Fandango, con las cajas registradoras... y tres cuartos de hora con un Fandango.

-De todas formas, en los Festivales, son muy pocos los palos que se cantan: Soleá, Siguiriya, Tientos, Fandangos, Bulerías y poco más. Con esto, se corre es riesgo de que otros muchos cantes se pierdan por no prodigarlos.

-El Ayuntamiento de Sevilla me contrató para una cosa que se hizo en el patio de Artillería de la Maestranza, y me pusieron en el contrato lo que yo tenía que cantar; me parece que fue: Bulerías por Soleá, Granaína y Siguiriyas. A otros le pusieron otros cantes. Pero fíjate, estábamos hablando antes de los ayuntamientos, en cambio, esta iniciativa partió del ayuntamiento, pero porque ahí hay una persona que sabe de qué va la cosa. Claro, esto está pensao para que si somos ocho cantaores se hagan dieciséis cantes distintos y uno libre. Con esto se escucha variedad.

-Permitidme, de nuevo que intervenga (Antonio Luque). Yo estoy en desacuerdo con esto, porque hay que pensar en el estado anímico del cantaor, un artista en un momento determinao puede ir por siguiriyas, puede apetecerle cantar por siguiriyas, pero como en el contrato no se especifica este cante. Lo veo ridículo, con esto se coarta la inspiración del artista.

-Cambiando de tema. ¿Qué te parece la personalidad de Don Antonio Chacón en el cante?


-Tengo que hablarte discográficamente, puesto que yo no lo escuché personalmente. Creo que era un buen músico del flamenco, interpretaba melódicamente muy bien, con un sentido de la métrica correcto. Creo que era un cantaor grande.

-¿Y el compás de «El Niño Gloria»?

-En las Bulerías era un fenómeno, en lo demás no me gusta, salvo en los Fandangos que fue un genio creativo.

-¿Qué diferencia crees que hay entre tu tío abuelo Manuel Torre, tu abuelo Pepe Torre y tu?

-Diferencia ninguna, el tiempo. La diferencia son las vivencias de cada uno. Manuel Torre era un tío salvaje, de un salvajismo bellísimo, es curioso que yo esté más identificao en el cante con Manuel que con mi propio abuelo Pepe; porque el cante de Manuel me entra y el de mi abuelo no, choca. En el cante de Manuel hay una transmisión entre lo que hace y lo que yo percibo; con mi abuelo esto no ocurre.

-José, para terminar, suponemos que tendrás algunas anécdotas que contarnos.

-Bueno, sí que me ha ocurrido varias. Una de ellas, a vosotros os puede hacer gracia, pero a mí no me hizo ninguna. Resulta que una vez fui a cantar a Almería y después de catorce horas de coche Rafael Mendiola y yo llegamos y cuando nos presentamos me dijeron: ¡pero si tú cuando tienes que venir a cantar es el mes que viene! total, que nos fuimos a la Peña y me puse a cantar y salió mejor que cobrando.

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